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15.Ago.2021 / 02:36 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Por Roberto Malaver

Eran las 9 y 17 minutos de la mañana del domingo 8 de agosto cuando mercedes Chacín me dejó al frente del colegio Cumbres. Iba a hablar. Es decir a votar. Antes, el 27 de junio –día del Periodista- cuando se escogieron los candidatos a gobernadores y alcaldes, el Partido Socialista Unido de Venezuela –PSUV- dijo: «el pueblo habló». Y a eso iba, a votar, es decir, a seguir hablando.

Cuando me bajé del Chery chino de la periodista Mercedes Chacín, vi que el Mercedes Benz de Arnoldo Mendoza Salvatierra, viejo amigo de la Escuela de Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela –UCV- se detuvo detrás de nosotros. Me extrañó ver a Mendoza Salvatierra allí, y decidí esperar que se bajara del vehículo.

– Camarada, Malaver – me dijo al bajarse del Mercedes Benz.

– Caramba, amigo Mendoza Salvatierra

-Tú no dejaste el vicio de llamarme siempre por los apellidos. Llámame Arnoldo, y listo.

-Y ¿qué lo trae por acá, amigo Arnoldo?

– Esa pregunta te la hago yo a ti, porque es muy raro ver chavistas por aquí, en el colegio Cumbres.

– Vine a votar.

– Yo pensé que iban a expropiar el colegio.

Sonrió. Me abrazó y dijo:

-Voy contigo a votar, Malaver. Porque ustedes llamaron a unas primarias abiertas, y yo soy un hombre abierto al futuro, como tú sabes desde que éramos estudiantes en la escuela de Estudios Internacionales.

El guarida, que estaba en la entrada del colegio, nos roció un poco de alcohol en las manos para evitar el contagio del Covid -19, y después nos buscamos en la lista de votantes, y allí estaba mi número de cédula casi cerca del número del compañero Arnoldo.

– Yo toda la vida he sido un demócrata y por eso vine a votar. –me dijo mientras esperábamos que dos personas avanzaran en la cola, porque había allí una sola mesa electoral.

– Pero no te olvides que estamos en una dictadura –le comento

– Tú sabes que eso es un recurso político para joder, y que muchos lo repiten sabiendo que están mintiendo.

– Malaver, ¿Qué pasó con el programa?

Me preguntó una señora que estaba atendiendo la mesa y se acercó. Le dije que en cualquier momento volvemos, y que mientras tanto el presidente de VTV, Freddy Ñañez, nos está cuidando de la pandemia.

– Vuelvan pronto

– Ojala, señora, y gracias por ver ese programa tan malo.

Arnoldo Mendoza Salvatierra veía a la señora y me veía a mí, y me dijo:

– Caramba, Malaver, se nota que llegaste al poder.

– Ojala tuviera poder, amigo Arnoldo, para no hacer nada.

– Muy buena esa –me dijo.

Entré a votar. Coloque la cédula allí en una especie de tarjetero. La muchacha mientras tanto marcó los números y allí se vio mi cédula en una pantallita. Me acerqué a votar, y dije que estaba listo, y pulsé mis dos opciones para la Alcaldía de Baruta y para la gobernación de Miranda. Deposité mi papelito en la caja, y luego fui a buscar mi cédula. Firmé en una lista donde estaba mi nombre, y puse el pulgar en un tintero y luego lo presioné al lado de mi firma para dejar allí la huella, y listo. Un voto más para la d dictadura.

Esperé que el amigo Arnoldo Mendoza Salvatierra votara, y una vez que lo hizo salió diciendo:

-¡Que buena es la democracia! Mira cómo nos encontramos los dos acá, votando, a lo mejor por los mismos candidatos, para ver si el país comienza a marchar, como debe ser.

– Así es, compañero.

– Es mejor, amigo, que compañero.

– Así es, amigo.

Salimos del colegio Cumbres y él me dejó su tarjeta de presentación, yo no pude dejarle nada. Nos dimos un abrazo y dijo: «Siempre por la democracia”. Y se subió a su Mercedes Benz.

Me acerqué al Chery de Mercedes Chacín y salimos rumbo a San Bernardino, donde la periodista Chacín iba a votar en un colegio cuyo nombre ni recuerdo.

En fin, si el 27 de junio habló el pueblo, el 8 de agosto siguió hablando. Y mucho más.

 

 

 

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