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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, como buen arrastrado del imperialismo norteamericano se ha enfocado en meterse en los problemas internos de Venezuela, con el cuento de la ayuda humanitaria, mientras que su país es que le aclama ayuda a él porque se está hundiendo en desigualdad y miseria.
Activistas, líderes sociales y el mismo pueblo colombiano piden a Santos que le dedique el mismo tiempo que le dedica a Venezuela, a los problemas de Colombia, en donde hay más de 60 mil desaparecidos, los índices más grandes de pobrezas, de indigencia, de desnutrición, etc.
Sin embargo, el cinismo del mandatario colombiano es tanto, que en unas declaraciones el alega que Colombia ha reducido su desigualdad en los últimos años por las políticas que han implementado, mientras que la realidad es otra.
Y no solo con eso, aún tiene el tupé de decir que “Venezuela está en una etapa de negación y no quiere aceptar la crisis que atraviesan”; aunque en realidad el que no quiere aceptar las problemáticas de su país es otro.
Con el Mazo Dando