Opinión / Noticias

1.Dic.2020 / 03:32 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Irán Aguilera

Si se compara con una carrera de pista hemos entrado a la recta final del proceso electoral que culmina el domingo 6. Las cartas están echadas, cada quien debe asumir su responsabilidad ante el país y la historia.

El voto es un derecho humano, así lo consagra nuestra Constitución en su capítulo III. El Estado venezolano lo ha garantizado de manera transparente en 21 años de Revolución Bolivariana. El pasado 16 de octubre, en la propia sede del CNE, los dirigentes de la oposición venezolana ratificaron su reconocimiento a las garantías establecidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) rumbo a estos comicios parlamentarios, y lo siguen certificando con su participación, con todas las libertades, en la actual campaña electoral.

A estas alturas ya casi todos hemos tomado la decisión, sabemos por quién votar. Eso implica una alta responsabilidad que se asume después de una seria reflexión sobre lo que estamos viviendo. Pudiéramos exponer brevemente algunos elementos de esa reflexión:

1. Nunca se podrá justificar que si se posee la vía eficaz del voto algunos tomen algún atajo –como el de la violencia terrorista y el golpe de estado- para obtener el poder político.

2. Es inaceptable que desde la oposición política se busque destruir el país  (devastar la economía y las instituciones, acabar con la soberanía y la democracia, etc.) para pretender, luego, asaltar el poder político sobre las ruinas de lo que quede.

3. Cómo es posible que la derecha política, que utilizó el recurso del voto con el que obtuvo mayoría en la Asamblea Nacional (AN), se haya puesto al servicio de los intereses de la potencia imperialista más agresiva conocida por el mundo, y con eso provocarle tanto daño al pueblo venezolano desde el 2015. Las funciones de la AN están muy claras en la Constitución, la cual por ningún lado establece que tiene poderes para destituir al Presidente de la República ni -mucho menos- para nombrar gobierno alguno que usurpe funciones del ejecutivo nacional.

4. Ese mismo sector opositor desde la AN quiso  autorizar una invasión militar a Venezuela, y para tal acto de traición a la Patria invocó (traído por los pelos) el artículo 187 numeral 11 de nuestra Constitución Nacional –con el que se puede autorizar misiones Venezolanas en el extranjero y/o extranjeras en Venezuela- con un vulgar juego leguleyo para hacerle el mandado a sus amos del norte, como si nuestra Carta Magna, que establece como norma sagrada preservar nuestra soberanía, se negara ella misma. Trataron de revivir el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), para que un grupo de gobiernos lacayos montaran el tinglado de una coalición comandada por EE.UU. para invadirnos. Lo intentaron el 23 de febrero de 2019 pero fueron derrotados por el Bravo Pueblo.

5. Recordemos que ninguna institución internacional del multilateralismo, de las que pertenece el estado venezolano, ha autorizado sanciones contra nuestro país, pero el gobierno de los Estados Unidos se lanzó de manera unilateral a imponernos sanciones con la intención de quebrar nuestra voluntad soberana de construir la Revolución Bolivariana. En eso utiliza la cabeza de playa que instaló en la Asamblea Nacional desde el 2015 para sus fechorías coloniales.

6. No se puede ocultar que las sanciones imperiales de Washington han disminuido enormemente el desempeño económico de Venezuela. El bloqueo se ha afincado duro contra el corazón económico del país, el sector petrolero, que representa el 95 % de las entradas de divisas; es un golpe calculado con maldad, debido a que el 70 % de los ingresos públicos vienen de esa actividad. El mercado petrolero venezolano casi ha desaparecido porque se sanciona a toda empresa o país que nos compre petróleo. Nos cierran casi todas las posibilidades de adquirir tecnología para el aparato productivo y bloquean cualquier tipo de financiamiento. El comercio internacional se ha restringido de una manera muy severa. Es muy grave para la población, particularmente para la de menos recursos, que se le impida al Estado realizar importaciones de alimentos y medicinas porque los proveedores serían sancionados. Se obliga al Estado a hacer enormes esfuerzos y sacrificios para garantizarle esos derechos al pueblo, incluso el sector privado, que todavía puede realizar operaciones de importación, las debe hacer a costos muy elevados, porque tampoco escapa a las persecuciones de las llamadas sanciones.

7. Ese sector apátrida también se prestó para que los imperialistas norteamericanos nos robaran nuestros activos y cuentas de la industria petrolera, depósitos en oro. El ejemplo más escandaloso es el de nuestra empresa Citgo, que tiene un valor aproximado de 10.000 millones de dólares. En Colombia fue la empresa petroquímica Monómeros, una de las empresas más grandes en aquel país.

8. El daño económico y patrimonial que esas sanciones unilaterales, la guerra económica y el bloqueo han ocasionado a nuestro país es de incalculables proporciones, solo robo algunas estimaciones señalan aproximadamente 30.000 millones de dólares en activos, sin meter las cuentas, el oro depositado en bancos y los fondos financieros en el extranjero.

Tan enorme daño que los apátridas han ocasionado al país justifica plenamente para votar contra ellos para expulsarlos de la AN. Pero no solo debemos expulsarlos de la AN y destruir esa cabeza de playa del imperialismo yanqui, también debemos  llevarlos ante la justicia para que respondan y paguen por sus monstruosos crímenes.

Pero fundamentalmente es por nuestro pueblo que ha resistido heroicamente, que se organiza y lucha diariamente, que no ha caído en las provocaciones, que no se ha rendido sino que contraataca en paz, es por él –que somos todos los patriotas- que debemos concretar la gran victoria del 6 de diciembre.

Sí, por ese pueblo que se moviliza conscientemente, en unidad, como la concibió Chávez, construyendo en lo concreto –con trabajo de hormiga en medio de las enormes dificultades debido a la cruel agresión imperialista–, como es la labor diaria del chavismo en la calle. Por los centenares de miles de militantes del PSUV sembrados en las catacumbas del pueblo, a lo largo y ancho del territorio nacional, sí, por esos mismos que vemos en la heroica acción de las Brigadas de Prevención Popular en las comunidades para vencer la pandemia, en los líderes y lideresas de calle y de comunidades, en las UBBCH, en los órganos del Poder Popular, en los frentes sociales, en la producción, y en muchas otras expresiones organizativas. Por ese poderoso ejército que trabaja con paciencia y mística cada hebra del gran tejido social del pueblo, que es la verdadera unidad, en unión cívico-militar, es por lo que debemos a triunfar el 6 de diciembre.

Porque hoy Venezuela requiere más que nunca que sus hijos cierren filas, en unidad, en torno al Presidente Nicolás Maduro, quien ha sido el que ha llevado con firmeza el timón de la Patria, evitando que los planes del enemigo se concreten en la recolonización que se propone el imperio, es por eso que debemos vencer el 6 de diciembre.

Sin dudar, por todo esto, vale la pena votar sin vacilación por el PSUV.

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación. Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos. Si quiere expresar alguna queja, denuncia, solicitud de ayuda u otro tema de índole general por favor envíe un correo a contacto@psuv.org.ve