Opinión / Noticias / Roberto Malaver
Los insultadores y calumniadores de oficio, profesionales todos, decidieron hacer la II Cumbre, (no quisieron ponerle I para que la gente crea que ya van dos cumbres) para caerle encima a Henri Falcón. Todos tienen Twitter y Facebook, y mantienen un montón de robots en las redes sociales.
Juancancio Ortega, presidente de la Asociación de Insultadores y Calumniadores (dijo por Twitter que era el presidente, y todos le creyeron) decidió convocar la II Cumbre de Insultadores y Calumniadores de oficio, porque un grupo de políticos lo había llamado para que hiciera una estrategia comunicacional contra el candidato Henri Falcón. Tenía que insultarlo y calumniarlo tanto, hasta que el hombre renunciara, después cobraría carísimo sus honorarios.
Cuando el grupo de políticos le dijo a Juancancio que ahora el enemigo no era Diosdado Cabello ni los chavistas, sino Henri Falcón, “pero eso sí, no los olvides, pon a unos miles también a atacar a esos carajos, porque tú sabes, pueden pensar que nos cansamos de insultarlos, y eso no es bueno”. Le dijo el hombre. Y Juancancio preguntó: “¿Y ahora nos vamos a insultar y a calumniar a nosotros mismos?” El hombre al oír esto sonrió y comentó. “Ese Henri nunca ha sido de nosotros, ese es chavista desde siempre. Es una nueva versión de Arias Cárdenas, para legalizar la dictadura con estas elecciones”. Y esas mismas frases las tomó Juancancio y las puso por Twitter al momento. Allí comenzó la guerra digital contra Falcón.
Y en un hotel de la capital, (algunos hoteles se negaron a ser la sede de esa Cumbre de insultos y calumnias), comenzó la II Cumbre. Mireya Salazar Ampíes, fue nombrada secretaria del evento por el presidente de la asociación, Juancancio Ortega, y ella fue la encargada de tomar la palabra ante la cantidad de insultadores y calumniadores que estaban en el salón. Antes de que la secretaria los llamara, los asistentes se estaban saludando entre ellos de una manera muy cordial: “Cómo estás, lambucio?” “¿Qué hubo, viejo decrépito?” “¡Hijo de puta, qué bien te ves!” “Esa putaza enchufada, ¿desde cuándo no robas en el ministerio?” “Mamaguevo, ¿cuándo nos to “¿Qué tal mamos una?” “Ese ladrón, traidor y coñoemadre, ¿cómo te va? “palangrista, desgraciado?”. “Ese viejo maricón, ¿desde cuándo no te dan?” “Ese corrupto de mierda”
Fue la voz de la secretaria de la organización, Mireya Salazar Ampíes, la que terminó con los dignos saludos de los asistentes: “Compañeros, nos hemos reunido hoy en esta segunda Cumbre, que ustedes saben que es la primera, pero así, como siempre engañamos a la gente, seguro nos creen que ya hicimos una primera”. Allí fue interrumpida con aplausos, porque a la gente le pareció muy buena esa idea. Y siguió la secretaria: “Nos han encargado una tarea que tenemos que cumplir antes del 20 de mayo. Hacer que, con insultos y calumnias, el candidato Henri Falcón renuncié a su candidatura. Pero dejemos que sea, nuestro presidente Juancancio Ortega, quien se los explique mejor”.
Y tomó la palabra el presidente Juancancio Ortega: “Compañeros, nos han encomendado una empresa muy fácil, porque ustedes saben que en eso de insultar y calumniar nosotros somos los mejores. No hace falta mucho talento para eso. Por este mes vamos a olvidarnos de los chavistas, aunque cuesta mucho, pero dejen por un momento a Diosdado, a Tareck, los hermanos Rodríguez, a Tibisay, o a cualquiera de esas mujeres del CNE, ahora nuestro enemigo es Henri Falcón. Al salir recibirán una batería de etiquetas y frases que comenzaran a tuitear desde ya, para ver si alcanzamos nuestro objetivo de una buena vez. Les confieso que yo, particularmente pienso, que este hombre es muy blandengue, y en cualquier momento abandona, basta con diez buenos insultos y unas 10 calumnias, para que lo veamos pidiendo socorro en la MUD. Si logramos nuestro objetivo, tengan la seguridad de que todos cobraran muy bien. Vamos pues, a insultar y a calumniar ya”.
Y así salió el ejército de insultadores y calumniadores digitales a las computadoras.
Roberto Malaver.
Twitter: @robertomalaver