Opinión / Noticias / Eduardo Piñate

30.Nov.2015 / 09:06 am / Haga un comentario

Foto: Archivo

En las últimas semanas volvió a desatarse la intervención de voceros de distintos organismos internacionales en los asuntos internos de Venezuela, esta vez solicitando, de manera cada vez menos disimulada, la suspensión de las elecciones parlamentarias que se realizarán el próximo 6 de diciembre. Como consecuencia del asesinato de un dirigente local de Acción Democrática en el estado Guárico, producto de la lucha entre bandas delincuenciales y algunas mafias sindicales, todas ellas al servicio de la derecha, salieron inmediatamente el señor Luís Almagro (Secretario General de la OEA), la Unión Europea, el inefable Felipe González y hasta el casi seguro canciller del señor Macri, a acusar al PSUV y al gobierno revolucionario del crimen e inmediatamente plantear que en Venezuela no había condiciones para realizar las elecciones parlamentarias debido a la “violencia política” y la “falta de garantías para la oposición” bla bla bla.

Hay que decir, en primer lugar, que se trata de opiniones absolutamente funcionales al oposicionismo de derecha y fascista venezolano, que, ante la evidencia de la derrota que va a sufrir el 6 de diciembre, comenzó a intensificar la violencia y buscar por mampuesto la suspensión de las elecciones. Sobre esto vamos a hablar un poco más adelante.

En segundo lugar, Almagro, la Unión Europea, “Felipillo” y Macri –en connivencia con la burguesía venezolana y sus partidos políticos- hacen gala una vez más de la doble moral que los caracteriza. Hace apenas unos días fue asesinado Eleazar Hernández, estudiante de La Universidad del Zulia (LUZ) y militante de la JPSUV, por bandas armadas de Primero Justicia y Voluntad Popular y no dijeron una sola palabra; hace varios meses fueron asesinadas por grupos paramilitares varias dirigentes de base del PSUV (Rocío Hurtado y Yesenia Contreras, entre otras) y no dijeron absolutamente nada. Para ellos la muerte de un mafioso, investigado por homicidio desde el año 2010, en una pelea entre mafias (que además está siendo investigada por el CICPC que ya identificó al asesino y está en su persecución) es motivo suficiente para plantear la suspensión de las elecciones de uno de los poderes públicos fundamentales del país, como es el Legislativo, pero el asesinato de varios revolucionarios, algunas as mujeres entre ellos y un joven de 22 años, no suscita ningún comentario. Claro está, es un problema político y de clases, la Unión Europea, Luís Almagro y sus afines quieren suspender las elecciones porque es lo que conviene al imperialismo y la burguesía que se enrumban a una derrota el 6 de diciembre.

Hasta hace apenas dos meses, voceros de la MUD (Chuo Torrealba entre otros) y de otros sectores de la ultraderecha, incluidos algunos voceros del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, decían y repetían que el gobierno del presidente Nicolás Maduro maniobraba para suspender las elecciones parlamentarias, cuestión negada reiteradamente por el gobierno, incluido el presidente Maduro y por la dirección nacional del PSUV. Señalamos que era la derecha apátrida la que no quería elecciones y trataba de endilgarle tal responsabilidad a las fuerzas de la revolución. En las declaraciones absolutamente injerencistas de Almagro, la Unión Europea y el resto que hemos mencionado, dicen lo que no pueden decir Chuo Torrealba y otros voceros de la derecha de Venezuela, porque sería la confesión abierta de que teníamos razón cuando afirmamos que era la oposición la que no quería las elecciones. Son ellos quienes buscan ahora desesperadamente un episodio que justifique la suspensión de las elecciones y para eso les sirvió el asesinato del sindicalero, mafioso y dirigente de AD en Altagracia de Orituco, Luís Díaz.

Desde hace meses venimos denunciando –y el presidente Nicolás Maduro ha sido persistente en eso- que la oposición en Venezuela no está haciendo campaña electoral y que su plan es el de la violencia, inscrita en la estrategia del golpe continuado. Pareciera que ahora está introduciendo variantes más violentas en su táctica de cara a las elecciones del 6 de diciembre. Ellos desarrollaron como forma de lucha principal los últimos dos años la guerra económica –con la guerra psicológica y las acciones terroristas, más los amagues electorales como formas de lucha secundaria-, ahora, desde finales de la semana pasada, pusieron en primer plano la violencia incrementando el sabotaje eléctrico y las trancas de vías para generar confrontaciones con la fuerza pública. El objetivo es claro, arrebatar por la fuerza al pueblo revolucionario lo que no nos pueden ganar con los votos.

En este plano no nos debe extrañar nada. La violencia y el crimen político son expedientes que la derecha y la ultraderecha, como expresiones políticas de la burguesía y el capital, utilizaron a lo largo de la historia cuando las constituciones, las leyes y las instituciones democráticas –entre ellas el parlamento- dejaron de servir a sus intereses de clase. Hay que estar claros, no hay fuerza más inconstitucional y extraparlamentaria que la del capital.

Nosotros tenemos que denunciar el injerencismo de personas como Luís Almagro, Felipe González y el futuro canciller de Macri, y de entidades como la Unión Europea, que pretenden darnos clases de democracia e imponernos su modelo, cuestión que es un asunto solo de las venezolanas y los venezolanos, pues hoy por hoy somos independientes, somos soberanos, y en base a eso, construimos nuestro propio modelo Socialista, Bolivariano y Chavista.

Al injerencismo tenemos que denunciarlo siempre donde aparezca, pero además tenemos el deber de derrotarlo en todas las formas que asuma. En este momento electoral, las fuerzas de la revolución agrupadas en el Gran Polo Patriótico (GPPSB) con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como punta de vanguardia, tenemos que asumir las tareas propias del remate de la campaña electoral y la preparación de la victoria perfecta el 6 de diciembre.

En esta semana final de la campaña, los revolucionarios chavistas tenemos que afianzar la victoria, culminar las tareas electorales; la propaganda, el contacto directo con el pueblo para convencer a indecisos y confundidos por la propaganda enemiga, poner la maquinaria a punto, los testigos, el 1×10, la movilización, el transporte, la logística y las comunicaciones, entre otras tareas.

Pero también tenemos que estar muy alertas, muy vigilantes, para derrotar a la derecha en la calle si opta por el camino de la violencia y el golpismo como son sus planes en este momento.

El 6 de diciembre vamos a ganar como sea para seguir teniendo Patria, venezolana y nuestra americana, para seguir teniendo un pueblo reivindicado por nuestro socialismo de justicia social y equidad, para continuar aportando a la construcción de un nuevo orden económico y político internacional en un mundo multicéntrico y pluripolar y a la preservación de la vida en el planeta.

El 6 de diciembre vamos a ganar como sea, porque nos jugamos el proyecto histórico emancipador que nos legó el Comandante Supremo Hugo Chávez y edificamos hoy con el liderazgo de nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro, el Socialismo Bolivariano y Chavista.

Seguiremos Venciendo!!!

Caracas, 29 de noviembre de 2015

 

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