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Foto: Archivo
Hace 46 años murió el pelotero venezolano Néstor Isaías «Látigo» Chávez, en el peor accidente aéreo que la historia de Venezuela, ocurrido en el aeropuerto de Grano de Oro en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia.
“El 16 de marzo de 1969, un domingo, me levanté un poco más tarde. Mi abuelita Rosa estaba preparándome el desayuno, y encendió el radio para oír música y de repente: ‘Última hora, urgente’, y salió la noticia, fue como si por un momento me hubiera llegado la muerte. Se había desplomado un avión poco después de despegar del aeródromo en Maracaibo y no había sobrevivientes. Entre ellos iba el Látigo Chávez. Terrible. No fui a clases ni lunes ni martes. Me desplomé”, relataba el comandante Hugo Chávez cada vez que recordaba el suceso.
«Látigo» Chávez era el pelotero de Navegantes del Magallanes que el entonces arañero de Sabaneta, y posteriormente líder de la Revolución Bolivariana quería emular. «Hasta me inventé una oración que rezaba todas las noches, en la que juraba que sería como él: un pitcher de las Grandes Ligas”, continuaba Chávez.
El «Látigo» tenía un gran control y una magnífica posición en la lomita, no poseía una velocidad impresionante como la de los pitchers del béisbol moderno, pero tenía coraje, control e inteligencia en cada lanzamiento que realizaba.
Cuando Chávez ingresó a la Academia Militar, en 1971, anhelaba un uniforme de pelotero con el mismo fervor con el que atendió, tiempo después, el llamado de la patria. En aquella fecha aquel jovencito de Barinas vino a Caracas para cumplir el sueño de ser lanzador del equipo Navegantes del Magallanes.
Y fue allí, en la Academia Militar, donde el comandante dejó a un lado el sueño que tenía a sus 16 años: seguir el camino del «Látigo Chávez».
«Cuando entré a la vieja escuela militar yo era, modestia aparte, buen estudiante, deportista y andaba buscando camino, pero no puedo decir que era un bolivariano; no había tenido ni siquiera militancia o participación política en mi liceo en Barinas. Lo mío era el béisbol, los estudios y la vida de un muchacho de barrio y pueblo», relató el líder de la Revolución Bolivariana durante una entrevista.
En el mismo accidente en el que pereció «Látigo» Chávez, también murieron Antonio Herrera (propietario del equipo Cardenales de Lara) y Carlos Santeliz (prospecto del béisbol venezolano) entre otras figuras de ese deporte en la época.
AVN