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El 2 de abril de 1982, una fuerza militar argentina desembarcó en las Islas Malvinas e izó la bandera de la nación austral en Puerto Argentino.
En respuesta, Gran Bretaña envió una poderosa flota a reconquistar este territorio, iniciando de ese modo una guerra que duró 74 días, y finalizó con la rendición argentina el 14 de junio.
En el conflicto bélico perdieron la vida alrededor de 650 soldados argentinos y 258 británicos, además de casi 2 mil heridos de ambos bandos antes de la capitulación.
Los sobrevivientes cargaron con las secuelas: se calcula que hubo casi 1 mil 700 heridos y alrededor de 400 suicidios entre los excombatientes argentinos como consecuencia.
La derrota precipitó la caída de la dictadura militar que gobernaba la Argentina, mientras que en el Reino Unido la victoria ayudó a la reelección del gobierno de Margaret Thatcher en 1983.
Aunque perdieran aquella contienda y la administración de las Islas Malvinas, en el Atlántico Sur, continúe a cargo del Reino Unido, la memoria colectiva del país austral no olvida aquellos días confusos de 1982 y en cada pueblo de Argentina, por pequeño que sea, todavía hay al menos una pared pintada con la intrincada silueta de unas islas cuya superficie está rellena con la bandera, imagen que es acompañada con la inscripcion: «Las Malvinas son Argentinas«.
Con el Mazo dando