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Por Eduardo Piñate R.
La reciente publicación y viralización por las redes sociales de las fotografías de Juan Guaidó con varios jefes de la banda narco-paramilitar «Los Rastrojos», tomadas el 23 de febrero de este año en el lado colombiano de nuestra frontera común por el Táchira, ha generado dos tipos de reacciones en dependencia de la posición que se tenga en la batalla histórica que como pueblo libramos contra el imperialismo y las oligarquías, incluidas las de Colombia y Venezuela.
La derecha de Colombia y Venezuela, incluido el propio Guaidó, tratan de banalizarla, presentando las fotografías como el resultado de una especie de «encuentro casual» de un diputado venezolano con unos «ciudadanos» colombianos que, repuestos de la sorpresa, le pidieron tomarse unas fotos con ellos. El problema es que son connotados jefes paramilitares colombianos, vinculados al narcotráfico y a miles de asesinatos de dirigentes políticos y sociales y, además, estaban armados. La verdad la rebeló el presidente Nicolás Maduro: la banda paramilitar de Los Rastrojos fue designada por Álvaro Uribe e Iván Duque para escoltar a Juan Guaidó en la aventura del intento de invadir a Venezuela por el Táchira el 23 de febrero pasado.
Esa verdad nos conduce a ratificar la conclusión de que el stablishment del narco Estado colombiano, en su inmoral subordinación a los intereses yanquis y con el auxilio operativo de los grupos paramilitares, junto al sector más antinacional de la burguesía venezolana y la derecha fascista de Voluntad Popular, Primero Justicia y otros, tienen los mismos objetivos: destruir la Patria, desintegrar la nación venezolana y entregarla en pedazos al imperialismo.
Nuestro pueblo y nuestra vanguardia revolucionaria, liderados por el presidente Nicolás Maduro, no lo vamos a permitir. Hoy más que nunca levantamos la bandera de la unidad nacional y la unión cívico militar. Seguimos venciendo.
Caracas, 14 de septiembre de 2019