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13.Nov.2021 / 04:31 pm / Haga un comentario

POR: Jesús Faría

 

El próximo 21 de noviembre se celebrarán megaelecciones en nuestro país como resultado de las históricas victorias alcanzadas por la revolución bolivariana. Le hemos impuesto la agenda democrática al golpismo de la derecha apátrida y al intervencionismo yanqui. Estas elecciones no solo servirán para elegir gobernadores y alcaldes, sino que tendrán múltiples  consecuencias para el futuro inmediato y para el mediano plazo de nuestro país.

Con la victoria del chavismo estaremos en capacidad de cerrar un perverso ciclo de conflictos, turbulencias, injerencias y sabotajes propulsados desde el exterior con gravísimas consecuencias para nuestro pueblo. La victoria categórica que buscamos, aplastará la agenda de guerra contra nuestro pueblo y cualquier intento de reanimarla en lo inmediato. Con la estabilidad conquistada, estaremos en capacidad de desplegar todas nuestras fuerzas en función de solucionar el principal problema heredado de la criminal  embestida del imperialismo: la profunda crisis económica y las durísimas condiciones materiales de vida de nuestro pueblo.

Sn lugar a dudas, el bloqueo es la causa fundamental de la grave crisis del país. Su costo económico supera ampliamente los 120 mil millones de dólares. De disponer de estos ingresos, los estaríamos invirtiendo en seguridad social, vivienda, educación, salud, empleo, salarios, servicios públicos de calidad… El deterioro de las condiciones de vida sociales y materiales de nuestro pueblo es el resultado directo del bloqueo y, además, constituía el objetivo deliberado para caotizar el país y justificar un golpe de Estado con apoyo extranjero.
A pesar del bloqueo, recientemente la economía nacional ha registrado síntomas positivos de recuperación, determinados por los siguientes factores: i) el incremento progresivo de la producción petrolera, aunado a los altos precios del crudo en los mercados internacionales; ii) el aumento de la inversión privada y, con ella, de la producción privada interna, especialmente, en los sectores de consumo masivo; iii) el creciente protagonismo de los trabajadores de las empresas del Estado y su esfuerzo por la reanimación de la producción; iv) la mayor eficiencia del gobierno para enfrentar el bloqueo, incluyendo una acertada política económica; v): la creciente estabilidad política como premisa esencial para estabilizar la economía y recuperar la producción.

La victoria revolucionaria el 21N consolidará y garantizará la tan vital estabilidad política interna. La derrota de las fuerzas golpistas y prointervencionistas evidenciará, una vez más, la inviabilidad del bloqueo económico como fórmula para derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro. Nuestra resistencia y victorias crearan desaliento en los que promueven las sanciones imperiales.

Para dar respuesta a las reivindicaciones históricas del pueblo trabajador se requieren dos condiciones: voluntad política (inconmovible en un gobierno socialista como el nuestro) y recursos para invertir. Estos últimos se desplomaron bajo el impacto de las  sanciones imperiales. Sin embargo, se aprecia la recuperación productiva nacional, lo cual constituye la clave fundamental para mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo. A ello  contribuirá de manera notable la victoria del chavismo el próximo 21 de noviembre.

 

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