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Foto: Archivo
Ciudadanos de la tercera edad, jóvenes, niños, miembros de los movimientos sociales, milicianos bolivarianos y estudiantes universitarios, entre otros, se han dado cita por segundo día consecutivo en el Salón Elíptico de la Asamblea Nacional (AN), en el centro de Caracas, para rendirle un tributo al diputado Robert Serra, asesinado el miércoles pasado en su residencia en La Pastora, parroquia situada al noroeste de la capital.
Con tranquilidad, paz y paciencia avanzan en cola. A las afueras de la AN, progresivamente, van uno a uno a dar su último adiós al cuerpo de Serra y también al de su compañera María Herrera, ultimada en el mismo hecho.
Deisy Quintero, de la parroquia San José de Cotiza, manifestó que la tristeza la embarga por este crimen que ha conmocionado a todo el país.
Contó que conoció a Robert Serra muy de cerca cuando vivía en la parroquia San Juan, donde él efectuó trabajos comunitarios de mucha importancia y sobre todo de acercamiento a la comunidad para inculcar valores de paz, promover la educación, la lectura y el trabajo que ha hecho la Revolución.
«El mejor legado que nos deja Robert es su lucha, que fue siempre por la siembra de la Revolución Bolivariana», recalcó.
Se unió al sentimiento colectivo en cuanto a la necesidad de que en el país se sigan promoviendo valores de paz, de unidad y de lucha, que para ella siempre han abanderado los revolucionarios.
«A Robert lo extrañaremos por siempre y continuaremos su legado», dijo Quintero.
AVN