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2.Feb.2019 / 02:55 pm / Haga un comentario

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Un juramento sepultó la IV República. Esas cuatro décadas amargas pasarían a ser un mal recuerdo ante el surgimiento de una nueva etapa en la lucha contrahegemónica del pueblo venezolano.

Con la mano derecha en alto, el comandante Hugo Chávez prometía sobre una «moribuna» Carta Magna, establecida en 1961, que impulsaría las transformaciones democráticas necesarias para que la República contara con una Constitución adecuada a los nuevos tiempos. Así nacía, un 2 de febrero de 1999, la Revolución Bolivariana, un proceso de cambios estructurales en el modelo político, económico, social y cultural.

«Chávez supo sistematizar la experiencia histórica de las luchas del pueblo venezolano, latinoamericano y caribeño con experiencias mundiales de construcción del socialismo, eso lo fusionó con el pensamiento bolivariano, lo convirtió en doctrina y sobre eso se produjo una gran transformación material de la sociedad», subrayó el ministro del Proceso Social del Trabajo, Eduardo Piñate.

El panorama, previo al ascenso de Chávez a la Presidencia, se caracterizaba por la desigualdad social. Venezuela se encontraba sumida en el abandono, los índices de pobreza eran cercanos al 80% y el potencial de desarrollo nacional únicamente favorecía a las élites nacionales y extranjeras.

Chávez rompió con el esquema, colocando al pueblo de primero. Esta acción, desconocida por una población maltratada durante 40 años, ocasionó que el chavismo, como doctrina, trascendiera al combinar en «perfecta armonía» conciencia y amor.

«Chávez dotó al chavismo de una gran espiritualidad, donde el amor es el motor. Eso, precisamente, es lo que es Chávez para la Revolución: amor», afirmó en entrevista concedida a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

Dando el último sorbo a su café negro, el también secretario ejecutivo del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) agregó que Chávez también es un «libertador», tal como Simón Bolívar en su época.

«Es una grandeza lo que hizo para el pueblo», sentenció en alusión a los programas de protección social en materia de salud, educación, alimentación y vivienda que ejecutó a través de las Misiones y Grandes Misiones de la Revolución Bolivariana.

«Hay una transformación que, como dicen, está a ojos vistos. Donde te metas hay obras de Chávez, también hay conciencia, una transformación espiritual en la cultura de nuestro pueblo», dijo, al tiempo que traía a la conversación el momento en que se conocieron durante la Maestría de Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar.

Eran principios de 1989, solo compartían una materia de economía. En aquella época, su relación era de compañeros de estudio, no tan cercana, aunque Chávez sabía que él pertenecía a la Dirección Regional de la Liga Socialista.

«Yo no sabía que él estaba conspirando, pero detecté que era un hombre de izquierda, al menos progresista. Su posición contrastaba con la de otros militares con los que vi materias, ninguno tenía el vuelo, el feeling que tenía Chávez», rememoró Piñate, quien describió al Comandante como un hombre decente, educado, crítico y «jodedor».

Concluido el trimestre, no volvió a tener noticias de Hugo Chávez sino hasta el 4 de febrero de 1992, cuando pronunció aquel enigmático «Por Ahora» ante los medios de comunicación, después de liderar la rebelión cívico-militar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.

«Luego de su salida de la cárcel de la dignidad en 1994, coincidimos en reuniones y bromeábamos con el tema de la tesis porque yo no la hice y él tampoco, entonces decíamos ¿cuándo la vas a hacer tú?», evocó entre risas.

Las bromas eran un factor cómun de esos encuentras, no obstante, cesaron cuando ambos acordaron «salir del lío y después pensar en la tesis».

Y así se hizo. Hoy, al cumplirse 20 años de la juramentación de Hugo Chávez como Presidente de la República, Piñate señaló que la Revolución Bolivariana encara tres desafíos: construir un modelo económico productivo socialista, profundizar las conquistas sociales y derrotar las maniobras golpistas e injerencistas del extranjero.

AVN

 

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