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Desde la Quinta de San Pedro de Alejandrino en Santa Marta, Colombia, el Comandante Eterno Hugo Chávez entabló un diálogo sincero y abierto con su homólogo Juan Manuel Santos con el fin de restablecer las relaciones diplomáticas entre las dos naciones -alteradas en aquel momento por la agresión del gobierno de Álvaro Uribe Vélez hacia el Estado venezolano con falsas acusaciones de guerrilleros en territorio venezolano- y buscar la unidad, la integración y la complementación política de los dos pueblos.
En el encuentro realizado el 10 de agosto de 2010, el Comandante Chávez aseguró que él veía como imposible una guerra entre Venezuela y Colombia, y que al igual que Santos, había eliminado la palabra guerra de su diccionario. Del mismo modo, afirmó que era necesario para los dos países aprender a convivir, ya que para él, ambas naciones eran “una sola patria”. “Yo aquí (Colombia) no me siento en una patria extraña, se lo juro, me siento en mi misma patria”, expresó.
“En Venezuela hay una revolución venezolana, interna y pacifica que no constituye ninguna amenaza para Colombia”, explicó el Comandante. Aseguró que por el contrario, a Colombia le convenía que Venezuela estuviese sólida”. El presidente también describió una anécdota en la que, junto con unos militares colombianos, hizo un acto simbólico en Boyacá, en donde se juró borrar la posibilidad de guerra entre “nuestros dos países, nuestros dos pueblos”, porque nos considera una misma nación.
Con el Mazo Dando