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La agenda que emprende Julio Borges, vocero de la autodenominada Mesa de la Unidad (MUD), en Europa para poner en tela de juicio el orden institucional en Venezuela y promover acciones contra este país sudamericano, incluyó una reunión con Tony Blair, quien consintió de manera activa la invasión de Estados Unidos sobre Irak, en 2003.
El ministro para Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó esta acción de Borges, que pretende procurar «sanciones contra nuestro pueblo, ante semejante y oscuro personaje».
En 2003, Estados Unidos, con el pretexto de que Irak poseía un supuesto arsenal de armas de destrucción masiva y que era un aliado de Al-Qaeda –mentira a la que se sumó el entonces primer ministro británico, Tony Blair, y presidente español José Aznar– el 16 de marzo de ese año lanzó un ultimátum que exigía a Bagdad la entrega de unas armas que no existían.
De esa manera, Estados Unidos, consensuado por el gobierno de Blair y Aznar, justificó una intervención militar «preventiva» a ese país el 20 de marzo de 2003, dejando al menos un millón de civiles iraquíes muertos, centenares de heridos y destrucción de infraestructuras.
«Tony Blair, subordinado a Bush, violó el Derecho Internacional para invadir países por petróleo. Ese es el modelo de la oposición venezolana», lamentó el vocero de la diplomacia venezolana.
En ese sentido, condenó la reunión de Borges con Blair, «artífice de la guerra en Irak, responsable de la violación masiva de derechos humanos en el mundo».
AVN