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Por Eduardo Piñate R
Estamos escribiendo desde Ginebra, Suiza, donde se celebra en estos días la 108 Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, organización que forma parte el Sistema de Naciones Unidas. Esta conferencia, además, coincide con el centenario de la OIT, pues fue creada en 1919, luego de haber finalizado la I Guerra Mundial en el marco de la Sociedad de las Naciones, la cual fracasó y desapareció al no cumplir el objetivo para el cual fue fundada, que era evitar la II Guerra Mundial. No obstante, la OIT sobrevivió a esta organización y se incorporó al sistema de la ONU.
La OIT es la única organización el sistema de las Naciones Unidas que es tripartita, es decir, ella forman parte los gobiernos, los empleadores (agrupados en la Organización Internacional de Empleadores -OIE-) y los trabajadores a través de sus organizaciones sindicales.
Es parte del Sistema de Naciones Unidas y padece el mismo agotamiento que toda la arquitectura institucional internacional con la ONU como expresión máxima, como consecuencia del hecho que hoy las relaciones de poder en el mundo son muy diferentes a las que existían al final de la II Guerra Mundial cuando fue creada. En general los revolucionarios -entre otros Hugo Chávez y Fidel Castro- siempre hemos criticado su carácter antidemocrático y planteado la necesidad de su transformación, o de su refundación como lo dejó sentado el Comandante Chávez en memorable discurso.
Las fuerzas contrarrevolucionarias agrupadas en la OIE y algunos gobiernos de derecha del mundo han pretendido utilizar a la OIT para atacar a la Revolución Bolivariana en distintas circunstancias los últimos 20 años; para nosotros -el gobierno bolivariano y las organizaciones de la clase obrera que son revolucionarias- ha sido una tribuna para la denuncia y para difundir nuestra verdad. A eso vinimos a esta centenaria Conferencia de la OIT en nombre del gobierno del camarada presidente Nicolás Maduro, a denunciar la agresión multiforme y sistemática del imperialismo contra nuestra Patria y a dejar claramente sentada la verdad de Venezuela y nuestra determinación de luchar y vencer. Seguimos venciendo.
Ginebra, 16 de junio de 2019