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28.May.2020 / 05:32 pm / Haga un comentario

Por Clodovaldo Hernández

Contra Venezuela hay una guerra abierta. Acá cuatro acciones que lo demuestran:

Es posible que haya muy pocos antecedentes en el mundo de una operación tan violatoria del Derecho Internacional que aparezca estipulada al detalle en un documento jurídico no clasificado como secreto de Estado. Claro que existen papeles tan sucios como este, pero han de estar bien ocultos en archivos que solo se abrirán en veinte, cincuenta o cien años.

El contrato suscrito entre el autoproclamado Juan Guaidó, sus secuaces y la empresa mercenaria Silvercorp es la prueba más palmaria de que el mundo del capitalismo hegemónico avanza en lo tecnológico y retrocede en lo ético, al punto de que personajes como los señalados firman un convenio legal para invadir, secuestrar, asesinar, torturar, saquear y tomar el mando de un país soberano sin que se escandalice casi nadie.

Los detalles que han ido conociéndose acerca del frustrado intento de perpetrar esa caravana de delitos de lesa humanidad y lesa patria, no dejan lugar a dudas: contra Venezuela hay una guerra abierta en la que sólo ha faltado una sincera declaración formal por parte de Estados Unidos y de las abyectas oligarquías y élites políticas de otras naciones de América y Europa.

Los analistas le han puesto muchos apellidos sonoros a la agresión belicista estadounidense: de baja intensidad, de cuarta o de quinta generación, híbrida, asimétrica o multidimensional. Lo único cierto es que se trata de una guerra. Y, ya se ha dicho mucho: guerra es guerra. •

2.- Cese de Directv: la batalla simbólica

Como la guerra es en todos los terrenos, no puede faltar el simbólico. Así sobreviene el cese de las operaciones de la empresa de televisión vía satélite Directv.

Esta acción, motivada por las sanciones de EEUU, también cumple el objetivo de llevar hasta el máximo posible las sensaciones negativas de la población en general, y procurar que ese descontento se enfoque en el gobierno.

Despojar de este servicio a 45% de las familias usuarias de TV por suscripción, en medio de la cuarentena, es otra forma de generar rabia y desconsuelo. Se quiere llevar a la población a la idea de que es mejor rendirse, dejar de luchar contra un enemigo tan poderoso y despiadado que, incluso, puede dejarnos sin televisión, cual niños traviesos castigados.

La manipulación es tan intensa y el daño ya hecho en las mentes de muchos opositores es tan grave, que a pesar de todas las evidencias de que se trata de un dictamen imperial, una buena cantidad de “personas decentes y pensantes” culpa al gobierno por esta nueva desdicha en sus vidas.

Esa incapacidad para aplicar el raciocinio, es uno de los grandes daños colaterales de esta guerra de múltiples dimensiones. En algunos casos, el deterioro parece ser incurable. •

3.- Xenofobia en pandemia

Otro repugnante acto de guerra que se ha cometido contra la patria de Bolívar en estos últimos tiempos, es el de las manifestaciones de xenofobia ejecutadas en medio de la pandemia de Covid-19.

Los gobiernillos que se comportan como sicarios de Donald Trump, han dictado medidas para estimular la persecución más miserable y los tratos crueles a los venezolanos que habían migrado hacia sus países.

Esto es especialmente ignominioso, si se considera que esos mismos gobernantes fueron cómplices de la campaña para fomentar el éxodo masivo ocurrido en años anteriores. Particularmente innoble ha sido la actuación del gobierno colombiano, aunque tampoco se han quedado atrás los de Ecuador y Perú.

Las colonias a las que Bolívar y su ejército de venezolanos convirtieron en naciones, pagan con ruindad ese aporte histórico. •

4.- Bloqueo a tanqueros: ¿Conflicto mundial?

El afán guerrerista de la perversa élite estadounidense -secundada por sus cipayos llega a tal nivel de peligrosidad que la agresión supuestamente de baja intensidad contra Venezuela podría mutar a un conflicto convencional abierto de escala global.

La intención de EE.UU. de bloquear el ingreso al país de cinco tanqueros de bandera iraní cargados de combustible e insumos para las refinerías venezolanas ha sido un acto de guerra, ya no solo contra Venezuela, sino también contra las libertades de comercio y navegación de cualquier país.

La obcecada actitud de Washington provoca radicalizaciones en el lado de Irán y obliga a otras potencias mundiales a tomar posición en un escenario geopolítico muy complejo, lo que genera un espeluznante clima prebélico en todo el orbe. ¡Dios nos libre! •

Clodovaldo Hernández / Publicado en CuatroF

 

 

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