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11.Sep.2020 / 11:11 am / Haga un comentario

Foto: Referencial

Luego que Henry Kissinger afirmara que su gobierno, el de Nixon «haría chillar la economía chilena» por el hecho de que el pueblo chileno asumiera un gobierno popular electo desde sí y para sí, comenzó una guerra económica, política y, por último militar, contra ese pueblo que aún hoy lleva esa cruz gamada a cuestas por defender su dignidad.

Así lo referencia García Márquez:

«Para los Estados Unidos era una advertencia (…) era un precedente inadmisible en el progreso pacífico de los pueblos del mundo (…) Todas las fuerzas de la reacción interna y externa se concentraron en un bloque compacto.»

¿Les suena familiar?

Eduardo Galeano, por su parte señala lo siguiente:

Por valija diplomática llegan los verdes billetes que financian huelgas y sabotajes y cataratas de mentiras. Los empresarios paralizan a Chile y le niegan alimentos. No hay más mercado que el mercado negro. Largas colas hace la gente en busca de un paquete de cigarrillos o un kilo de azúcar; conseguir carne o aceite requiere un milagro de la Virgen María Santísima.

¿Se acuerdan del 2.015, Venezuela ante el desabastecimiento inducido, la campaña parlamentaria de los candidatos a diputados del gobierno de Estados Unidos en Venezuela y el panfleto ofreciendo la última cola? ¿Y luego su interés manifiesto en tomar el Palacio Legislativo no para calmar el sufrimiento de las colas inducidas sino para «salir de Maduro en seis meses» y luego cumplir la agenda del Departamento de Estado gringo en nuestra nación?

Continúo con Galeano:

La Democracia Cristiana y el diario «El Mercurio» dicen pestes del gobierno y exigen a gritos el cuartelazo redentor, que ya es hora de acabar con esta tiranía roja

¿No escuchan al leer esto la voz de María Corina Machado y sus opinadores pidiendo intervención militar extranjera?

Para el lamento de la historia, de Chile y de los pueblos del mundo, Galeano recuerda la tragedia sucedida en nuestro hermano país:

Los militares matan de a miles por todo Chile. El Registro Civil no anota las defunciones, porque no caben en los libros, pero el general Tomás Opazo Santander afirma que las víctimas no suman más que el 0,01 por 100 de la población, lo que no es un alto costo social, y el director de la CIA, William Colby, explica en Washington que gracias a los fusilamientos Chile está evitando una guerra civil. La señora Pinochet declara que el llanto de las madres redimirá al país. Ocupa el poder, todo el poder, una Junta Militar de cuatro miembros, formados en la Escuela de las Américas en Panamá. Los encabeza el general Augusto Pinochet, profesor de Geopolítica. Suena música marcial sobre un fondo de explosiones y metralla: las radios emiten bandos y proclamas que prometen más sangre, mientras el precio del cobre se multiplica por tres, súbitamente, en el mercado mundial.

Hoy ante tal fecha recordamos para prohibirnos olvidar. Es una exigencia histórica para los pueblos aprender del pasado y que deja claro lo siguiente:

.- El enemigo del pueblo chileno, que fue el enemigo del Comandante Chávez y ahora del presidente Nicolás Maduro y del pueblo venezolano sigue siendo y es el mismo: el imperialismo norteamericano.

.- No es un mito chavista que Estados Unidos y sus operadores locales inducen guerras económicas para causar sufrimiento a los pueblos y así despojarlos de sus gobiernos para sus intereses (en unos países por petróleo, en otros por cobre y en todos para que otros no sigan el mal ejemplo de ser soberanos).

.- El asedio imperialista no da cabida a alternativas: o los pueblos luchamos, resistimos y vencemos desde el gobierno y el poder revolucionario, con sus virtudes y defectos o nos masacran en los paredones y los estadios ante el mundo para condenarnos al miedo y la sumisión.

Para culminar, valga estas pequeñas notas también para enaltecer el honor de ese pueblo, de Víctor Jara que a pesar de que le cortaran las manos hoy sigue cantando y nuestro eterno Allende por no dudar un segundo entre la traición y la muerte.

¡HONOR Y GLORIA!

Alberto Alvarado

 

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