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21.Sep.2015 / 06:32 pm / Haga un comentario

Foto: Archivo

Seamos didácticos en esto. ¿Es posible que el tipo de cambio paralelo se mantenga en los niveles actuales, luego de una caída abrupta y total de las operaciones en las casas de cambio en la frontera? Coloquémoslo de esta manera: ¿qué sucede en un abasto donde, de repente, nadie va a comprar absolutamente nada? ¿Qué pasaría con los precios en dicho establecimiento si su clientela mengua de manera vertiginosa?

Estas preguntas simples y llanas sobre la tesis del mercado develan la realidad «incomprensible» del mercado paralelo. Recientemente el Correo del Orinoco publicó que «A un mes del cierre de la frontera colombo-venezolana en el estado Táchira, las casas de cambio han reducido sus negocios hasta 97%, dada su dependencia exclusivamente del intercambio comercial», citando al sitio web en Internet elportafolio.com. Entonces: ¿es lógico que el dólar paralelo todavía mantenga su precio actual?

Primero Cúcuta, luego Maicao

Al anunciarse las medidas excepcionales en el paso fronterizo desde Táchira al Norte de Santander, Cúcuta se estremeció, el oriente colombiano se estremeció. Centenas de casas de cambio vieron caer de manera absoluta e indetenible sus operaciones. Decayó el flujo de venezolanos cambiando dólares por bolívares, decayó también el flujo de colombianos cambiando pesos por bolívares para ingresar a Venezuela (para bachaquear o para realizar actividades legales en nuestro país).

En ese momento, muchas casas de cambio cerraron sus puertas, los cambistas en kioscos y puestos en la calle sencillamente desaparecieron, la soledad cayó sobre ellos como el peso de un yunque, pues las casas de cambio han sido el factor medular que rige las relaciones paramonetarias del paracomercio fronterizo; el contrabando y la extracción del papel moneda venezolano.

También han sido un factor de gran relevancia en la dinámica interna del comercio legal del lado colombiano, aunque el tipo de cambio desregulado de las mismas signifique un vestigio de la economía perniciosa, que en Colombia es legal y está institucionalizada. En Colombia es «normal» que el Banco de la República tenga una tasa dinámica que coloque el valor de un bolívar en 230 pesos y que en Cúcuta un bolívar «valga» apenas 4 pesos.

A los días del «torniquete económico» entre San Antonio y Cúcuta, Dolar Today publica que de ahí en adelante se basarían en las operaciones de las casas de cambio de Maicao y Bogotá para publicar lo que ellos llaman «el verdadero valor del bolívar» frente al dólar y en consecuencia frente al peso. Durante esos días castigaron la moneda venezolana depreciándola en Bs. 30, colocándola a 735 bolívares por dólar.

Ya para esos días Maicao estaba plagado de venezolanos que corrían a esas casas de cambio a vender dólares con una desesperación frenética. Se sabía que podrían producirse decisiones excepcionales en Paraguachón, y así fue.

La actividad de los cambistas de Maicao se fue a pique. Las medidas excepcionales en Zulia han significado el cese súbito de mercancías que pasaban de un lado al otro por el paso fronterizo oficial. Y aunque el libre tránsito del pueblo Wayúu se mantiene, la restricción al libre paso de mercancías y billetes han profundizado y amplificado los efectos de las medidas excepcionales que ha tomado el Gobierno venezolano contra la paraeconomía fronteriza. El torniquete también aplicado en el Apure complementa las medidas de protección económica y resguardo fronterizo que tanto se habían esperado por gran parte de la población venezolana que habita la frontera,

Dolar Today no supo qué publicar para sostener la tasa que han seguido publicando luego del cierre vía Maicao. Dicho de otra manera, sin hacer tanto show han «respaldado» la publicación de la tasa actual, supuestamente basándose en la actividad de las casas de cambio en Bogotá, las cuales tienen una actividad prácticamente nula tratándose del cambio de pesos a bolívares. Sólo los viajeros por aeropuertos internacionales compran bolívares en Bogotá. De otra manera no tiene sentido tener bolívares en la capital, pues tal cosa sólo tiene sentido en la frontera para ir de un lado al otro.

De «mercado paralelo» a mercado cautivo

Si el mercado paralelo fuera una realidad econométrica, matemática y económica, y no un artificio monetario, veríamos a tal mercado desplomarse, es decir, el bolívar no tendría un valor de 710 bolívares por dólar como aparece fijado en estos momentos. Dolar Today y las casas de cambio no han fijado una tasa basada en actividades reales de compra y venta de bolívares, dólares y pesos. No son un mercado real.

Dolar Today publica diariamente una tasa que refleja, según ellos mismos, el comportamiento del «libre mercado fronterizo» y que ellos literalmente lo refieren como «Cambio informal. Dólar de calle, pagado y recibido en efectivo». Sin oferentes y compradores de monedas cruzando de un lado al otro, esa tasa, ese «dólar de calle» que referencia el valor del peso frente al bolívar, no tiene asidero matemático, no tiene sentido. Ese precio ha debido desplomarse si tal fijación de cambio fuera realmente un mercado; no lo es, nunca lo ha sido. Por el cierre fronterizo la oferta y la demanda se ha anulado, se ha minimizado y eso ha debido tener un efecto sobre el valor de las monedas y eso no ha sucedido, sólo las han congelado y sostenido en variaciones mínimas.

Ahora, sin «cambio de calle» Dolar Today ha empleado otro «criterio matemático» para seguir «calculando el valor real del bolívar». En Colombia se están produciendo frecuentes y severas devaluaciones del peso frente al dólar, dada la reciente preciación internacional del dólar, y dado que también el gobierno colombiano ha venido depreciando su moneda manipulando el «libre cambio» para aumentar los ingresos en pesos de sus ya menguadas exportaciones a consecuencia del TLC con EEUU. Esto ha significado que tiren con ello el valor nominal artificial del bolívar a la baja al referenciarlo con el peso.

 He ahí que esa matemática absurda sigue siendo el pretexto para mantener un supuesto precio del dólar en 710 bolívares. Ya no se trata del libre cambio, ya que esta actividad se fue a pique en la frontera: se trata de tirar al bolívar para abajo si el peso pierde valor frente al dólar.

El dólar paralelo es ahora un «mercado cautivo», aislado, es la expresión en el rostro de los dueños de las casas de cambio en Cúcuta, quienes ahora sopesan su anulada y solitaria actividad en la matemática estancada de un precio de bolívares por dólar congelado a niveles altos, fijado a ese precio para sostener la paraeconomía contrabandista y el asedio internacional económico contra la Venezuela en guerra.

 Dolar Today y las casas de cambio han fijado artificialmente una tasa comportándose como una caja negra. De hecho hasta ahora, el sitio elportafolio.com es el que se ha adjudicado la cifra de la caída de las operaciones en un 97%, pues por ser eso una caja negra, nadie sabe cuántas operaciones se realizan siempre. No están articuladas, ni sistematizadas de manera transparente.

 El mercado paralelo de monedas con un pie en Cúcuta y otro en Miami no publica el número de operaciones de manera transparente, sin explicar cuántos oferentes y cuántos vendedores participan en ese mercado, es imposible hablar de un «mercado real» o «mercado transparente» que dé cuenta del precio de las monedas, de acuerdo a su oferta y demanda.

 Ambos (Dolar Today y los cambistas) son variantes de un mismo cuerpo político derechista y paraeconómico. Y aunque desde hace mucho se sabe esto, lo cual ha sido suficiente para develar la parcialidad de la economía cambista artificial, parece que el torniquete fronterizo terminó de exponerlos. Ya no hay un solo economista venezolano por opositor recalcitrante que sea, que salga a respaldar que la tasa del bolívar frente al dólar publicada por Dolar Today sea el «verdadero» valor del bolívar frente al dólar. Y pobre de aquel que se atreva a ser aplastado por su propia desfachatez.

 Venezuela frente a Colombia

 Para Venezuela es vital que en el reinicio de conversaciones con el gobierno colombiano la discusión sobre las desregulaciones y desequilibrios monetarios sean tema de primer nivel, puesto que se trata este flagelo económico de un verdadero ataque al bolívar, que cumple a su vez la función de acelerante del contrabando.

La paraeconomía fronteriza se ha consolidado a niveles tales en que la estructuración de la gobernanza económica y política de los Estados se ha venido diluyendo. Se ha venido perdiendo la gobernabilidad efectiva y el alcance del poder institucional abriendo paso a una territorialización de agentes económicos que en Colombia ya ejercen el poder político en la frontera. La paraeconomía cambista es uno de sus más importantes eslabones. Y esto debe reconocerse por ambos gobiernos, debe asumirse, debe resolverse.

Misión Verdad

 

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