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19.Feb.2017 / 11:45 am / Haga un comentario

Foto: Referencial

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Desde muy temprano en la mañana, cuando el sol aún no calentaba, ya los vecinos comenzaron a reunirse en los frentes de sus casas para trasladarse hasta donde llegarían los camiones con plataforma 750, cargados de las cajas de alimentos de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).

Ya comenzaba el compartir del café y las ganas de participar junto a la estructura de los comités, a los jefes de comunidad y de calles. La jornada, celebrada en días recientes, apenas comenzaba.

Amas de casa, médicos y albañiles; abogados y obreros; docentes y estudiantes; vecinos todos, tomaron con la fuerza del amor por su igual el patio de la Escuela Joaquín Esteva Parra, donde se dio inicio a la descarga de 3.378 cajas de alimentos para atender a más de 15.000 habitantes de nueve sectores de la parroquia Chiquinquirá de Maracaibo, en el estado Zulia.

No importó el sol y el calor característico de ese lar para que sin descanso los hombres bajaran los productos, mientras que otros junto a mujeres los trasladaran en el hombro o en carretillas y acomodaran según el número que le correspondía a cada sector.

No faltó el refresco, el agua, el duro frío (helado en bolsitas), la broma, el chiste. Fue una fiesta de trabajo por el otro. No hubo interés de pago, solo la satisfacción de ser parte de un proceso que lleva felicidad a la gente y a la construcción de respuestas contra una guerra sin cuartel promovida por sectores que quieren arrancarle la alegría del pueblo.

«Es hermoso sentir como se eriza la piel al experimentar que somos parte de las políticas sociales que lleva adelante el Gobierno Bolivariano. Estamos haciendo Patria cada vez que llevamos una bolsa de alimentos o, en este caso las cajas Clap, a cada vecino de nuestra comunidad. (El presidente Nicolás) Maduro no se equivocó con este proyecto que une y con el que vencemos la guerra económica», expuso Dessiré Fernández, del Consejo Comunal Las Américas y del Clap La Espada de las Américas.

Al destacar que los Clap son una muestra del poder que le da al pueblo la revolución, manifestó que sin pertenecer a la estructura de los comités, los vecinos llegaron a ofrecerse tanto para la descarga, como para el acompañamiento en la entrega.

«Aquí estamos todos en unidad, sin estar pensando en las macabras palabras y llamados para salir a la calle a destruir y vender la Patria. Salimos a la calle a construir y a engrandecer a Venezuela. Trabajamos por amor a nuestros vecinos, a nuestra gente, y sin exclusión», asentó Dessiré mientras ejercía contraloría del proceso.

Directo a la victoria

En otro extremo y pendiente de hidratar a quienes descargaban y trasladaban cajas, estaban Edilia Echeverría, del consejo comunal Nueva Vía y perteneciente al Clap La Victoria de Chávez, y Adriana Aragón , del consejo comunal Virgen del Carmen y del Clap con el mismo nombre.

Ellas se sienten parte del gobierno y estiman que este plan, ideado por el presidente Maduro, va directo a vencer junto al pueblo organizado los planes de desabastecimiento.

«La unión vecinal en torno a los Clap es un ejército que está comprometido en la defensa de este plan, que va más allá de una caja de alimentos. Nos reunimos, planeamos, gestionamos y producimos en nuestros patios productivos», reforzó Edilia.

Esta vez sin su bata de médico, Silvino Quiva, director del Ambulatorio Primero de Mayo, se sumó a la jornada y se asumió parte de un batallón de vecinos para enfrentar la guerra económica: «El pueblo siempre estuvo presente y nunca tuvo voz ni poder. Ahora el pueblo manda y decide, logrando la unión y la participación de todos».

Entrega de amor

En la tarde se inició la distribución casa por casa. Se repitió el encuentro de vecinos y, como lo refirió el mandatario nacional, el pueblo, a través de los Clap, se empoderó de amor en las calles.

Fue un despliegue de querencia, de solidaridad.

Con un «¡Llegó el Clap!», los jefes de calles junto a colaboradores llamaban a la puerta para la entrega de las cajas contentivas de harina, azúcar, pasta, atún leche, azúcar, caraotas, aceite y mucho amor.

«Estoy emocionado con este plan de la Revolución, que nos defiende ante quienes han querido quitarnos los alimentos. Aquellos que no creyeron en los Clap, como lo hicieron con las viviendas, aquí están, son de verdad», refirió José Silva.

Con el frescor de la noche los hombres y mujeres culminaron la labor con los ánimos y la esperanza fortalecida, que se crece con este sistema productivo a partir de la unión del poder popular.

 

Jasmin Olivares

 

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