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9.Dic.2017 / 10:14 am / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

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Protección de un saqueo planificado

Producto de una investigación solicitada por el presidente Nicolás Maduro, el Ministerio Público determinó la responsabilidad de seis altos directivos de Citgo, incluido su presidente José Ángel Pereira Ruimwyk, en la firma de un contrato de refinanciamiento de deuda con dos fondos buitre por un monto de 4 mil millones de dólares, a espaldas de su casa matriz: PDVSA.

La garantía del préstamo eran los activos de la filial en sí, dejando en una situación de vulnerabilidad y desventaja a la estatal petrolera. Pereira Ruimwyk recibía comisiones por el contrato firmado que eran depositadas en Suiza.

Otro hallazgo relacionó a los implicados en actos de espionaje corporativo: traspaso de información sensible para la empresa con el fin de beneficiar a petroleras rivales de PDVSA como ExxonMobil y Conoco Phillips. En específico, según lo revelado por WikiLeaks, en 2014 el presidente de Citgo actuó como informante de la Embajada de EEUU en medio de la disputa que mantenían estos dos titanes petroleros sobre el proyecto Cerro Negro.

El curso de las investigaciones también podrían implicar a Nelson Martínez, ex presidente de Citgo, en esta operación irregular. En la actualidad se encuentra detenido.

De los dos fondos buitre implicados en la operación resalta Apollo Global por sus conexiones con lo más granado de la élite financiera de Wall Street, de la cual las calificadoras de riesgo son sus más fieles custodios.

El contrato fue firmado en el mes de julio del año 2017, es decir, un mes antes de que la Administración Trump emitiera una Orden Ejecutiva que además de cerrar el mercado de deuda estadounidense a PDVSA, impedía la repatriación de dividendos por parte de Citgo a su casa matriz. Esto como parte de la estrategia de asfixia sobre los ingresos venezolanos, hoy vitales para cubrir importaciones básicas de alimentos y medicinas.

Aunque el contrato era lesivo para las operaciones de Citgo, y por ende para sus acreedores y clientes, las calificadoras de riesgo interpretaron la maniobra como una oportunidad de oro para que el fondo Apollo Global obtuviera ganancias superlativas. Leales a su tradición de saqueo financiero, ampliamente demostrado en la crisis financiera de 2008, el contrato de refinanciamiento no repercutió negativamente en la credibilidad de Citgo.

La lógica aplicada aquí funciona de esta forma: si la empresa puede ser adquirida en el largo plazo a bajo costo mediante un contrato desventajoso, es una buena noticia para Wall Street y las calificadoras de riesgo.

Retaliaciones y venganza política

Luego de estas sanciones financieras, contra Citgo se aceleraron las presiones desde la banca estadounidense para evitar su acceso a líneas de crédito para mantener su operatividad. Sin embargo, la calificación de Citgo se mantenía en un nivel intermedio de credibilidad que le permitía, aun en medio de las sanciones, abrir rutas de financiamiento e inversión.

Las calificadoras aguardaban, y para eso fue el contrato firmado, un endeudamiento de Citgo a mediano plazo en condiciones desventajosas. En el momento indicado debilitarían su credibilidad, inducirían un default y presionarían para cobrar las garantías. En paralelo las sanciones afectarían la operatividad parcial de la filial para imponer la narrativa sobre la «incapacidad financiera» para cancelar sus pagos.

El desmontaje de las mafias internas que intentaron poner a Citgo en serias dificultades, una acción que en términos económicos debería ser bien visto ya que protege la operatividad de la filial, a los acreedores, clientes y en última instancia la seguridad energética de EEUU, no lo fue para las calificadoras de riesgo.

La venganza vino a las dos semanas y media (6 de diciembre) con una rebaja en la calificación crediticia de Citgo casi al borde del default (CCC), por parte de Standard and Poor’s y Fitch Ratings, en simultáneo. Algunas de las razones que aluden es la falta de independencia entre «el Gobierno y Citgo» y «la crisis en Venezuela».

Como la estrategia de quiebre de la empresa no se pudo concretar por la vía del fondo buitre Apollo Global, los custodios de Wall Street optaron por degradar la imagen financiera de Citgo para impedir que tenga alternativas de financiamiento e inversión ante unas agresivas sanciones que limitan sus operaciones.

Ubicar a Citgo como una empresa con «riesgo de impago» busca concretar el plan inicial del contrato de refinanciamiento, pero por una vía mucho más agresiva: atemorizar a los inversionistas y bancos para limitar las líneas de financiamiento a Citgo, y a medida que avancen las presiones financieras, exponer progresivamente a la filial a una judicialización de sus activos para honrar a los acreedores.

El «riesgo de impago», en este sentido, no está determinado por las capacidades de Citgo en sí, sino por las sanciones que afectan sus operaciones y que lógicamente limitarían en el largo plazo su capacidad de pago. Un negocio redondo y sin fisuras.

¿Por qué Citgo es tan codiciada?

Aunque en lo coyuntural las sanciones de EEUU buscan negarle al país los ingresos necesarios para estabilizar su economía, en lo estratégico Citgo es un activo codiciado por Wall Street.

Según un estudio presentado en 2014 por la empresa Turner, Mason and Company, Citgo es la compañía con mayor capacidad de refinación entre las empresas extranjeras en EEUU, superando a las petroleras de Arabia Saudita, México, Brasil y Canadá, el principal surtidor de petróleo hacia EEUU.

Las nueve refinerías y sus 14 mil estaciones de servicio en distintas ciudades de EEUU constituyen un tejido sensible para su seguridad energética.

Otro factor de peso: Citgo es 100% nacional, lo que impide a los bancos y grandes inversionistas de Wall Street tomar control de parte de su dirección ejecutiva y operativa por la vía de la compra de acciones. La falta de «independencia» que aluden las calificadoras es un sinsentido.

Algunas mediciones sostienen que Citgo vale alrededor de 7 mil millones de dólares, otras dan una cifra mayor cercana a los 9 mil millones. Sin embargo, el valor real de Citgo no es simplemente monetario, sino la infraestructura de refinación y de distribución de productos derivados del petróleo que le daría a EEUU una ventaja energética considerable.

La lucha anticorrupción que emprende Venezuela en áreas estratégicas de su soberanía y seguridad nacional, que comprende también lo económico y energético, ha provocado un salto agresivo por parte de las calificadoras de riesgo, en defensa del saqueo que planificaban junto a directivos comprometidos únicamente con sus comisiones.

Misión Verdad

 

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