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La importancia de desarrollar una nueva historia para darle voz a los sectores excluidos de la sociedad moderna es la propuesta presentada este jueves por los historiadores Luis Pellicer y Pedro Calzadilla, en la última jornada del primer ciclo de conferencias de la Cátedra de Historia Insurgente Federico Brito Figueroa, que se realiza en las instalaciones del Archivo General de la Nación, al lado del Panteón Nacional.

La conferencia titulada Historia insurgente, historia para el Combate, fue abierta por Pellicer quien expuso cómo desde hace cinco o siete años un grupo de compañeros que trabajan en el Centro Nacional de Historia y el Archivo General de la Nación lanzaron una propuesta que se basaba en la posibilidad de hacer una historia insurgente, en el marco de la fundamentación histórica de la Revolución Bolivariana.

Comentó que algunas personas malinterpretaron dicha propuesta pensando que era teórico-metodológica. Sin embargo, el teórico aclaró que su tesis era una propuesta político-historiográfica.
“Y en el caso de lo que nosotros queremos plantear como cosa general, la historiografía marxista es la que mejor caracteriza lo que puede ser una historia insurgente”, explicó.

En este sentido, recomendó una serie de conferencias del historiador Valdimir Acosta, quien realiza una interpretación marxista de la historia de Venezuela. En dos de esas conferencias, continuó el expositor, Acosta hace una reflexión teórico-metódica de lo que tiene que ver esa interpretación, la cual coincide con la propuesta que pretende desarrollar Pellicer y sus colegas en esta nueva propuesta.

Sin embargo, aseguró que se pueden criticar algunas cosas de la historiografía marxista, en especial, lo que tiene que ver con el carácter eurocéntrico en la interpretación de la historia.

Para el académico, lo que en la actualidad se plantea como historia insurgente tiene que ser la creación de un conocimiento histórico o pseudo histórico, que no sea eurocéntrico, sexista, clasista, y racista, es decir, que su manera de concebir la historia debe ser inclusiva, donde los sectores excluidos estén presentes y la protagonicen.

Resaltó que la historia oficial y tradicional, que excluye e invisibiliza a estos sectores, lo hacen para privilegiar el lugar de dominación de las clases dominantes, porque la historiografía ha sido y es un aparato ideológico de justificación del lugar de las clases dominadas.

“Por lo tanto una historia insurgente tiene que visibilizar el papel en los procesos históricos de los indios, de los negros, de los blancos, de las mujeres, de la sexodiversidad, de los blancos de orilla, es decir, de los pobres, y de lo que nosotros podríamos denominar pueblo”, agregó.

En cuanto al concepto que tiene sobre la concepción de pueblo, explicó que es todo aquel que no pertenece a la clase dominante.

“Por descarte, todos los que no somos clase dominante tenemos que pertenecer a algo, que puede ser clases dominadas y que, en síntesis, eso llamamos la historia del pueblo”, explicó.

Ratificó la necesidad de edificar una nueva historiografía en el contexto de la fundamentación historicista de la Revolución Bolivariana.

Posteriormente le tocó el turno al presidente del Centro Nacional de Historia, quien destacó la importancia de recuperar nuestras raíces, que pasa por transformar la historia desde la educación, por lo que cuestionó que aún en las escuelas se esté impartiendo a niños y jóvenes la historia contada desde quienes llegaron a estas tierras y no desde quienes ya las habitaban.

“No se trata de dejar de estudiar, sino de darle la vuelta y poner a hablar a los que ya estaban aquí”, resaltó Calzadilla.

En este sentido, explicó que así como en la actualidad se están enfrentando modelos de sociedad antagónicas y de economía, también se disputa la conciencia histórica, por lo que en el Congreso de la Patria se está realizando un trabajo sobre la construcción de esta nueva conciencia.

Explicó que actualmente con el proceso que se ha venido realizando en el país, esta toma de conciencia ha dejado a un lado un poco la vergüenza étnica, porque muchos venezolanos se sienten identificados con sus raíces.

Y esto se debe al trabajo que realizó el Comandante Hugo Chávez, quien recuperó el orgullo de pertenecer a este pueblo y de su desempeño histórico.

“Lo que hizo Chávez fue un proceso de liberación de la historia”, señaló el historiador, quien agregó que uno de sus legados fue disipar la visión hegemónica de la historia. “Porque los pueblos son oprimidos al ser ignorados”, añadió.

Aclaró que el Comandante propuso en su proyecto político al pueblo como protagonista, por lo que la historia insurgente es para militar en la vida.

Recordó que desde 1830 en adelante la historia era de los ricos y los procesos sociales y políticos respondían a estos grupos de poder, por lo que cuando Chávez impulsó el proceso constituyente en 1998, estaba presentando un proyecto distinto.

En este sentido, afirmó que la historia insurgente puede ser evidenciada en el prólogo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

“La historia insurgente entiende que todo lo que se trata sobre el pasado tiene repercusión política. Además, es una propuesta que hace énfasis en la visibilización de los sectores excluidos y recupera la fuerza social. Asimismo, funda su representación del pasado como pasión de actualidad”, destacó.

Para Calzadilla, esta nueva propuesta historiográfica no debe ser para dominar o controlar lo que se cuenta, sino que debe servir como un proceso de liberación, lo cual es distinto a lo que fue planteado durante años en Venezuela. “Para recuperar la dignidad en el presente, hay que hacerlo en el pasado”, expresó.

Ciudad CCS