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14.May.2015 / 10:50 am / Haga un comentario

«El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma», Bertolt Brecht.

Prensa PSUV.- El 14 de mayo de 1915 nace en Caracas, el destacado pintor y dramaturgo, César Rengifo. Fue un gran exponente de las tendencias realistas en la pintura venezolana inspiradas en la pintura mexicana, junto con Héctor Poleo, Pedro León Castro y Gabriel Bracho; todos ellos después de haber iniciado estudios en Caracas fueron a México y aprovecharon la mejor época del muralismo mexicano. Utilizó tanto la pintura como el teatro para reflejar su búsqueda de justicia social.

Como muralista, César Rengifo realizó importantes trabajos entre los que destacan las obras de la Plaza Diego Ibarra y el Paseo de Los Próceres, ambas ubicadas en Caracas.

En el área teatral, Rengifo desempeñó una labor pedagógica y escribió 40 piezas, casi todas montadas en Venezuela y el exterior.

A pesar de todos los embates que le tocó afrontar desde muy temprana edad, el artista mostró gran fortaleza de carácter y una inclinación por las artes, específicamente por las artes plásticas.

En 1929 a sus apenas 14 años, comenzó sus estudios formales en la Escuela de Bellas Artes, especializándose en dibujo, pintura y escultura.

Con el régimen impuesto por la dictadura de Juan Vicente Gómez, se enciende en Rengifo la pasión revolucionaria y la sed de justicia social, en 1931 se inscribe en el Partido Comunista de Venezuela (PCV) creado en marzo de ese mismo año, durante su militancia activa es apresado en varias oportunidades, pero eso no doblegó su pensamiento.

En 1936 recibe por parte del Ministerio de Educación, regido entonces por Rómulo Gallegos, una beca para especializarse en pedagogía de las artes plásticas en Chile, de donde viaja a México al año siguiente, al enterarse de que allí se estaba dando un movimiento plástico de grandes muralistas. Al llegar a la ciudad de México decide realizar estudio.

En 1938, Rengifo inicia su trayectoria como dramaturgo. Los temas que lo inspiran al igual que en su pintura son la cambiante realidad de la Venezuela contemporánea, el petróleo, la opresión de los marginados y, de alguna manera, la contribución a la emancipación del proletariado moderno.

Sus obras de teatro pueden definirse como históricas, relacionadas con la marginalidad; obras concernientes al tema del Oro Negro y su desproporcionada explotación y posteriormente devastación regional, como una inevitable realidad venezolana. De esta forma Rengifo se define como un autor teatral de género realista, que se expresa en su primer drama «Por qué canta el pueblo», cuya trama es la lucha contra la dictadura de Juan Vicente Gómez. La producción dramática de Rengifo abarca un total de treinta y tres obras terminadas y un número similar de obras por terminar o revisar, lo cual efectivamente evidencia que es el más prolífico de los dramaturgos venezolanos contemporáneos, con un tratamiento técnico que lo ubica en la más absoluta modernidad, dentro de las nuevas formas del teatro universal.

Recibió en reconocimiento a su talento en el ámbito teatral el  Premio Nacional de Teatro, en 1980. En 1995 su viuda Ángela Carrilo donó a la Biblioteca Nacional algunos de los originales de las piezas de teatrales escritas por César Rengifo.

En 1939, a su regreso a Venezuela, realizó en el Museo de Bellas Artes su primera exposición individual, a la vez que se revelaba como un importante autor teatral del género realista. Sin embargo, la primera gran exposición pictórica realizada por Rengifo no llegaría sino hasta 1947, también en el Museo de Bellas Artes. En 1954 obtuvo el Premio Nacional de Pintura y entre 1955 y 1956 realizó el vasto mural en mosaico Amalivaca, que narra el mito caribe de la creación del mundo y el cual se halla en la plaza Diego Ibarra, en Caracas. Por encargo de la Comisión del Sesquicentenario de la batalla de Carabobo, del Ministerio de la Defensa, realizó en 1973 el mural Creadores de la nacionalidad, ubicado en el Paseo de Los Próceres de Caracas. En términos generales, la vida de César Rengifo se desenvolvió entre dos disciplinas en las que demostró por igual su talento: la pintura y el teatro. A través de la mismas intentó establecer una profunda conexión entre el sentido de las imágenes simbólicas y el fondo de la realidad del destino y la identidad del venezolano, así como sus frustraciones y esperanzas. En su rol de creador teatral, además de su labor pedagógica realizada en este campo, fue autor de 40 piezas, casi todas publicadas y montadas en Venezuela y el exterior. Como reconocimiento a su talento en este ámbito artístico, recibió en 1980 el Premio Nacional de Teatro. En 1989, sus obras completas fueron recogidas y publicadas en 8 tomos por parte de la Universidad de Los Andes. En 1995 su viuda Ángela Carrillo donó a la Biblioteca Nacional algunos de las obras originales.

En 1960 recibió el Premio a la Mejor Obra en el II Festival de Teatro Venezolano y como reconocimiento a su talento en este ámbito artístico, recibió en 1980 el Premio Nacional de Teatro. En 1989, sus obras completas fueron recogidas y publicadas en 8 tomos por parte de la Universidad de Los Andes. Entre estas se destacan la cantata «Esa Espiga Sembrada en Carabobo» creada en 1971.

En 1981, un año después de su muerte, el Ateneo  de Caracas creó el Premio Latinoamericano de Investigación César Rengifo.

Puede decirse que Rengifo intentó tanto a través de su obra pictórica como la de dramaturgo establecer una conexión profunda entre el sentido de las imágenes simbólicas y el fondo de la realidad del destino y la identidad del venezolano, así como sus frustraciones y esperanzas.

El presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció el pasado martes, al inicio de su programa Contacto con Maduro, que los restos del dramaturgo, serán llevados al Panteón Nacional, en Caracas.

«César Rengifo va al Panteón Nacional», manifestó el Mandatario Nacional, cuando se cumple 100 años del nacimiento de Rengifo, se conmemorará su obra.

Rengifo superó la visión elitesca del arte inmóvil y estéril y puso toda su potencia creadora al servicio de los humildes, de forjar y recuperar todo lo bello que nos identifica como pueblo. Celebrando su centenario podemos decir que es uno de los escultores de estos tiempos que hoy son poesía.

Texto: Silvestre Montilla

 

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