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31.Ago.2021 / 03:41 pm / Haga un comentario

Por Alfredo Carquez Saavedra

El presidente de Estados Unidos, Joseph Robinette Biden, encontró en su empleado que hace las veces de mandatario de Colombia (Iván Duque, para más señas) el mejor ejemplo del perrito faldero y meneador de cola, según la descripción del buen subordinado hecha hace algunos años por el entonces presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, quien, por cierto, de enemigo envalentonado de Venezuela pasó luego a ser reo por lavado de activos.

 

Apenas segundos después  que el emperador temporal que habita la Casa Blanca pidió voluntarios que ayudaran a resolver la torta puesta en Afganistán por las fuerzas armadas de una potencia en decadencia, Duque dio un paso adelante, tal vez buscando el perdón por haber apoyado descaradamente a Donald Trump en su frustrado intento por ser reelecto para un segundo mandato en Washington.

 

Biden lanzó una “oferta” al mundo para que, quienes estuvieran interesados, recibieran por un tiempito a los “refugiados” afganos. Y por ese servicio se pagaría unos 4 mil dólares por cabeza a los gobiernos que funjan de receptores.

En este caso entiéndase por refugiado: informantes, colaboracionistas, comandos especiales, mercenarios, esbirros y custodios al servicio del imperio gringo.

Las verdaderas víctimas de esta inútil, absurda y criminal guerra no tendrán la prerrogativa ofrecida por Biden a sus secuaces.

Pues bien, sin duda Duque, quien se ha mostrado bastante sensible a la palabra dólar, sacó sus cuentas y abrió la caja registradora. Ya el subpresidente tiene experiencia ganada en eso de pasar la raqueta para sacar beneficios de las tragedias de los demás. En los últimos años aprendió, sin vergüenza alguna (parece que nació con esta carencia) a pedir fondos, a cuanto ingenuo se le cruce, disque para ayudar a los venezolanos que se han ido a vivir a Colombia, movidos en buena parte por una crisis de la que él es arte y parte en su génesis.

¿Qué condiciones de seguridad ofrece Colombia? País campeón en asesinatos de líderes sociales de todo tipo: sindicales, ecologistas, políticos, indígenas, feministas, estudiantiles, etc. Líder en masacres: 67 hasta el momento de escribir esta nota. Campeón en productor de drogas. As del paramilitarismo. Y exportador destacado en mercenarios. Claro, un paraíso, comparado con el desastre humanitario que deja Estados Unidos en Afganistán.

 

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