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Por Ignacio Barreto:
Las hay de sobra. Empezando por las profundamente humanas que vinculan la figura del Negro Luis Villafaña con palabras mayúsculas como la amistad, la solidaridad y el compromiso. Pero también con esas minúsculas imprescindibles como la irreverencia, el juego, el espíritu y la sorna con las que se desenvolvía este niño eterno que compartió espacio y tiempo con el adulto reflexivo y profundo sin el mienor atisbo de contradicción o paradoja. Desestabilizador, mamador de gallo, insurgente y al mismo tiempo capaz de interpretar la realidad con visión certera e integradora y de poner en su justo lugar las más encendidas de las discusiones.
Razones de peso como la defensa de esta, nuestra revolución, tan aguerrida y dispuesta a enfrentar el destino manifiesto del norte por mas bases militares y gobiernos títeres que intenten cercarla; entendiendo esa defensa con la noción de Patria Grande y que no es más que el legado de Bolívar y Martí, pero también de Mariátegui y Sandino, de Emiliano Zapata y Ernesto Che Guevara y otros grandes héroes nuestramericanos resaltados en sus escritos y divulgados en exposiciones, charlas y conversatorios que diseñaba y coordinaba en cualquier escenario y bajo un método conscientemente alejado de la "cátedra" y sus especialistas. De los especialistas líbreme Dios. Buscando, esbozando, activando los más diversos mecanismos para el despertar de la conciencia y la movilización popular: Sólo el pueblo salva al pueblo.
Razones urgentes como la identificación y denuncia del fascismo en sus diversas manifestaciones. Atacándolo sin piedad ni condescendencia. Señalando a los verdugos, descubriendo a sus instructores y precisando, sobre todo, a los autores intelectuales: el sistema y sus ideólogos.
Razones más ligeras como un vínculo, un espacio laboral, un verdadero centro de operaciones, Su trabajo, sus colegas, más aún, sus compañeros, y aún más, sus camaradas. Los de la línea y el alerta, los de la rutina y el ejemplo (sobre todo el ejemplo, cojan letra compañeritos) y los de la complicidad subversiva. Todos, inclusive los cómplices, devotos, convencidos de esta causa, la mayor de las mayúsculas, la que se juega el destino de la humanidad.
Sobran y hasta provoca enumerarlas una por una. Pero sería acto de traición y sobre todo alcahuetería, porque la cuestión es convertir una fecha, enquistada con la odiosa marca de la muerte, en una verdadera opción de luz, inquietante, (des)orientadora, suficientemente Blenders y bohemia como para que no quede duda alguna de su carácter telúrico. Necesariamente guerrilla como para mantenernos en la vigilia. También es entender al Negro con sus impaciencias y sus ataques de desesperanza cuando detectaba esos atisbos de traición a la causa que tanto aprovecha la canalla, y amanecía cascarrabias y no por eso menos sarcástico, y entonces plasmaba en una hoja suelta frases como "…Así, el hombre descubrió que todavía tiene capacidad de disfrutar la rabia" porque alguna ganancia ha de salir de la consternación. Y dejar a un lado los discursos y el protocolo permitiendo que alce la voz ( y la mantenga alzada) la obrera y nos recuerde el por qué de la lucha, y nos canalice la rabia y saque el mayor provecho de nuestra bien administrada locura.
Las hay de sobra y al final como que nos quedamos con una sola, por certera, por concreta. Y es que al Negro le quedaban como anillo al dedo esas palabras del Che que definen a todo revolucionario verdadero como un ser guiado por grandes sentimientos de amor.
Comentarios
EL SR LUIS COMO LO LLAMABA SIEMPRE ESTARA EN NUESTROS CORAZONES GUIANDO SIEMPRE LA ANTORCHA HACIA LA CONSTRUCCION DE NUESTRO SOCIALISMO, EL ES SIN DUDA ALGUNA UN GRAN EJEMPLO A SEGUIR DONDE QUIERA QUE SE ENCUENTRE DIGO SIN NINGUN COMPLEJO QUE LO ADMIRO. SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO