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11.Mar.2009 / 07:58 am / Haga un comentario

Por Rodrigo Cabezas:

El capitalismo norteamericano, dominado en por lo menos las dos últimas décadas por la desregulación estatal que postulaba el otrora victorioso pensamiento neoliberal fondomonetarista, se sumergió en una gigantesca manipulación de los valores reales de su economía que permitió el surgimiento de una "burbuja" financiera de tal magnitud que al explotar a finales de 2007 le generó la crisis financiera más aguda desde la posguerra. La banca de inversión de EEUU se contaminó totalmente al titularizar más de ocho billones de hipotecas residenciales cuyos valores de mercado no se correspondían con la posibilidad real de pago de aquellas familias. Era apenas el inició de una crisis de dimensiones históricas.

Esa banca con sus banqueros especuladores, usureros y estafadores se vino al suelo en cuestión de meses. Al desplomarse finalmente han arrastrado al resto del sistema financiero de los EEUU y de Europa. Los tres principales bancos de Estados Unidos están literalmente en quiebra. El pánico de sus accionistas o tenedores de títulos es impresionante. Sólo como ejemplo vemos el valor de las acciones del Citygrup que en 2007 se vendían en Wall Street a 50$ para desmoronarse a menos de un dólar el 5 de marzo de 2009.

Esta crisis de la especulación irresponsable en las finanzas del capitalismo desarrollado se ha trasmitido con igual virulencia, básicamente por el derrumbe del crédito y el consumo, a la economía real productora de bienes y servicios. Es en definitiva la crisis de acumulación de capital más profunda en 60 años y sus desarrollos actuales nos conducen a igualar, en su profundidad, gravedad y dimensión mundial, a la gran depresión de los años treinta del siglo XX.

La verdad es que el epicentro de este terremoto capitalista se originó en el capitalismo cuyos Estados dejaron hacer, dejaron pasar en sacrosanto respeto por "la mano estabilizadora" del mercado. Afirmo esto, ya que es increíble leer a opinadores venezolanos que pretenden, mintiendo, hacernos creer que la actual crisis y sus consecuencias, como la caída del consumo en el sistema energético universal, es culpa de Chávez o de las políticas implementadas desde la Revolución. Mienten y mienten sin escrúpulos.

Es así como con el episodio crítico del Stanford bank han pretendido de nuevo iniciar un proceso de desestabilización del sistema financiero del país. La verdad es que las autoridades de EEUU intervienen y lo cierran por cuanto el dueño de este banco había colocado títulos por montos superiores a los ocho mil millones de dólares, a tasas infladas de 8%, que hicieron inviable financieramente al Stanford y, por tanto, afectaron a miles de ahorristas, inversionistas y especuladores que mordieron el señuelo de aquellas tasas. ¿Qué culpa tiene la Revolución Bolivariana de aquella vorágine especulativa de los banqueros del capitalismo norteamericano? Obviamente ninguna. Ello no contradice la obligación que tenían nuestras autoridades de intervenir al Stanford Bank Venezuela para proteger a los ahorristas nacionales, vale decir en bolívares fuertes. Aquellos venezolanos que por antichavistas, anticomunistas o especuladores habían colocado sus capitales en dólares en la Isla de Antigua debían asumir sus consecuencias personalmente.

Ocurre que al injerirse en el tema del Stanford Venezuela, banco que no representa mas allá del 1% de los depósitos del sistema financiero nacional, comenzó una campaña muy bien dirigida buscando como objetivo desestabilizar, léase provocar una corrida de depósito en otros bancos nacionales. Volvieron a mentir. Se estima que más de siete millones de mensajes de textos y tres millones de correos electrónicos fueron enviados confirmando la inminente intervención de unos de los grandes bancos del país. La ola de rumores recorrió libremente todas nuestras ciudades.

La verdad es que nuestro sistema financiero nacional no sólo está razonablemente capitalizado, supervisado y regulado por las autoridades de la materia, sino, lo más importante en la actual coyuntura mundial, no está "intoxicado" con la "burbuja" hipotecaria del capitalismo financiero universal. Esa es la verdad, no otra. Desde el 2007 se tomaron decisiones administrativas que salvaguardaron a nuestras instituciones financieras de títulos especulativos como el de las llamadas Notas Estructuradas. Nuestros problemas son otros y son manejables.

La estrategia desestabilizadora no tubo éxito mas allá del natural nerviosismo que provocó en depositantes y ahorristas. Los venezolanos no mordieron "el anzuelo" y debemos estar preparados para otras arremetidas.

Con todo esto, las autoridades que investigan, la policía política y científica, la Sudeban, la Comisión de Finanzas de la AN, no deben subestimar al enemigo. El carácter y la magnitud tecnológica y comunicacional de la campaña de terror financiero adelantada sin éxito en Venezuela hace presumir que intereses extranjeros tienen sus manos metidas en este intento fallido de hacerle daño a la economía Venezolana. Ojalá que los ricos enemigos del "régimen" hayan aprendido su lección. Venezuela sigue su marcha.

 

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