El Muro de Berlín dividía a la ciudad en dos y fue el símbolo de la confrontación en la guerra fría.

El  9 de noviembre de 1989, tras días de incertidumbre, se vino abajo el muro de Berlín, símbolo de la guerra fría y la confrontación entre las dos potencias y  dos modelos políticos surgidos a partir del fin de la segunda guerra mundial.

Tras finalizar la segunda guerra mundial, los países vencedores (Inglaterra, EEUU y la URSS)  acordaron mantener un control sobre la vencida Alemania, a fin de evitar que surgieran nuevos movimientos fascistas, así como futuros ataques e invasiones al resto de Europa. De estos acuerdo, resultó la partición de Alemania que quedo divida en dos, donde el lado occidental estaba bajo el control de Inglaterra y los Estados Unidos, que se constituyó como la República Federal Alemana; y la parte oriental estaba bajo el control soviético, en donde se levantó la República Democrática Alemana. A su vez, la Cuidad de Berlín, que está ubicada en la región oriental de Alemania, también fue partida en dos, conservando la misma partición y control que el resto del país.

El acuerdo contemplaba la convivencia pacífica de ambas regiones y la no agresión, pero pronto las potencias imperialistas de occidente comenzarían una guerra silenciosa y sistemática con la Unión Soviética y el naciente campo socialista.

La historiografía hegemónica pretende hacer ver que la construcción  del muro de Berlín fue un hecho “cruel y despiadado” de los países comunistas, pero invisibilizan u ocultan las verdaderas  razones que impulsaron a la República Democrática Alemana (RDA) a  llevar a cabo el proyecto de construcción de este muro, aunque aquí no pretendemos justificarlo, si consideramos necesario tomar en cuenta los factores que motivaron dicha construcción: en primer lugar, hay que tomar en cuenta el contexto internacional y las abiertas y constates provocaciones de las potencias imperialistas, especialmente los EEUU contra la Unión Soviética y la República Democrática Alemana; en ese sentido, destacan  las operaciones de los aviones U2 estadounidenses contra la RDA, la invasión en Playa Girón en Cuba. Los días previos a la construcción del muro, la RDA registro más de 800 provocaciones contra su régimen fronterizo  y el despliegue de más de  20.000 soldados estadounidenses en el lado occidental de Berlín. También es importante señalar que las potencias imperialistas promovieron un embargo contra RDA y crearon campos especiales de auge económico en la Alemania occidental para promover la fuga de talentos de la RDA, así como olas masivas de emigrantes.

Debido a esta situación y a un peligro de una confrontación armada cada vez más inminente, las autoridades de la RDA, el 13 de agosto de 1961, decidieron iniciar la construcción de este Muro, que se extendía 45 kilómetros y separaba a las dos Alemania.

Este muro se mantuvo durante 28 años y como dijimos al inicio, fue el símbolo de la guerra fría y de la confrontación de los dos modelos históricos del capitalismo y del socialismo; sin duda alguna que fueron innumerables los logros de la URSS y del campo socialista, quienes por muchísimos años fueron la esperanza y el faro de los obreros y oprimidos del mundo, pero no fue la guerra de occidente los que dieron con el traste de este noble proyecto, sino sus mismas contradicciones y limitaciones las que hicieron venir abajo, junto con el muro de Berlín, la lucha de todo un pueblo que durante años había luchado por la revolución y el socialismo.

Tras la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, el capitalismo y sus ideólogos decretaron su victoria frente a los pueblos. Se anuncio su caída en nombre de unas supuestas libertades, que vendría un “mundo de felicidad”, sin muros y sin limitaciones, pero la historia hoy nos dice lo contrario;  y a pesar de que mucho se habló y criticó al muro del Berlín, hoy poco o nada se dice sobre otros muros de frontera, que un persisten y que constituyen una vergüenza para el mundo que se autoreivindica “civilizado y de progreso”. Muros crueles y criminales como los que Israel ha construido en frontera de los territorios que este estado ha usurpado al pueblo de Palestina; también hablamos del muro que EE.UU levanta en su frontera con México; y ni hablar del muro que los marroquíes levantaron contra el pueblo Saharaui con el apoyo de Europa y las potencia occidentales; la muralla de la vergüenza de 150 metros de longitud y dos de altura fue levantada en la ciudad de Ostrovany, una comunidad rural en el noreste de Eslovaquia, en pleno corazón de Europa, con el objetivo de aislar un campamento de gitanos.

Mucho se dijo tras la caída del muro de Berlín; los ideólogos burgueses llegaron hasta decretar el fin de la historia, pero casi a la par de su caída, a miles de kilómetros al sur, en la América, subyugada y maltratada por siglos de dominación, en la Venezuela de Bolívar y Guaicaipuro resurgía un pueblo en pie de lucha, que cual Túpac Amaru, volvería y  se haría millones, haciendo resurgir la historia, marcando el camino y ratificando que el  socialismo es la esperanza y única vía que hoy tienen los pueblos.

Un extenso muro de casi mil Kilómetros separa y divide hoy a miles de Palestinos