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23.Ene.2015 / 09:30 am / Haga un comentario

Foto: Archivo

El 23 de enero de 1958 fue derrocado Marcos Pérez Jiménez. Ese mismo día los venezolanos pedían a viva voz «democracia», sin embargo la caída del dictador no significó un cambio sino el surgimiento de una nueva historia llena de represión y violencia contra el movimiento popular venezolano.

Sobre ese hecho histórico, en el 2011 el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, señaló que el 23 de enero 1958 «comenzó la historia de otra dictadura. Fue una traición a la voluntad y el sacrificio del pueblo y eso todos debemos saberlo».

A final de 1957, las fuerzas populares y los movimientos organizados en la clandestinidad, con el Partido Comunista de Venezuela (PCV) a la vanguardia, acordaron una alianza liderada por Fabricio Ojeda, que denominaron Junta Patriótica, integrada mayormente por movimientos de izquierda.

Esta acción popular, junto al alzamiento de un grupo de oficiales el 1 de enero de ese mismo año, hizo quebrar los cimientos del gobierno perezjimenista, que estuvo caracterizado por la represión y la violación de los derechos humanos.

La madrugada del 23 de enero, mientras Pérez Jiménez huía del país en compañía de su familia, en el Palacio de Miraflores, en Caracas, una junta militar presidida por el vicealmirante Wolfgang Larrazábal e integrada por oficiales de los diferentes componentes de las Fuerzas Armadas, asumía el poder.

Cuando ya Pérez Jiménez se encontraba en Estados Unidos, luego de escapar aquel 23 de enero de 1958, la Junta de Gobierno, presidida por Larrazábal, se abriría a las clases burguesas con la entrada del empresario Eugenio Mendoza. Los esfuerzos de la resistencia se vieron pronto opacados por los partidos de la derecha que traicionaron el espíritu revolucionario del pueblo.

Pacto de Punto Fijo

Una vez derrocada la dictadura, figuras políticas de los partidos de derecha regresan del exilio con Rómulo Betancourt a la cabeza. Mientras la juventud comunista y revolucionaria fue aislada, una élite neoliberal secuestró la gesta heroica del movimiento popular venezolano.

El integrante por aquel entonces del Buró Político y del Comité Central del PCV, Guillermo García Ponce explicó que Betancourt, desde AD; Rafael Caldera, desde Copei; y Jóvito Villalba, en URD, «amputaron el contenido popular del 23 de Enero. De inmediato hicieron un Pacto de Punto Fijo contra el espíritu revolucionario del 23 de enero, para desplazar el centro de dirección hacia esos tres partidos», dijo de acuerdo a una entrevista concedida a la revista «Memorias de Venezuela».

El viernes 31 de octubre de 1958, en la quinta Punto Fijo, ubicada en la urbanización Las Delicias de Sabana Grande, fue firmado el pacto que lleva su mismo nombre, donde se establecía que quien ganara las elecciones debía garantizar el «equilibrio democrático». Entre AD y Copei gobernaron 40 años el país, con una visión de país signada por neoliberalismo, exclusión, persecución y masacre del pueblo venezolano.

Ese bipartidismo neoliberal en contra de las grandes mayorías culminó en 1998 con la llegada del Comandante Hugo Chávez a la presidencia y el inicio de la Revolución Bolivariana.

AVN

 

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