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El 28 de febrero de 1761 nació en La Guaira estado Vargas el mártir de la revolución venezolana, José María España, uno de los precursores de la Independencia. Como teniente de justicia de Macuto ayudó a la fuga de los prisioneros políticos españoles Juan Bautista Picornell, Manuel Cortés Campomanes y otros, quienes habían sido condenados a prisión por conspirar contra la corona española.
España, junto con Manuel Gual, organizó un movimiento para cortar las cadenas de sumisión a España. Descubierto huyó a Trinidad. Al poco tiempo regresó para continuar las actividades revolucionarias y fue detenido. El 6 de mayo fue condenado a muerte y a ser descuartizado.
En la sentencia se ordenaba que “sea sacado de la cárcel y arrastrado a la cola de un caballo conducido a la horca le sea cortada la cabeza y descuartizado. Que la cabeza se lleve en una jaula de hierro al puerto de La Guaira y se ponga en el extremo alto de una viga que se ponga en otro igual uno de sus cuartos a la entrada del pueblo de Macuto otro en la Vía de Chacón, en donde tuvo oculto a los citados reos, otro en el sitio llamado Quitacalzón, en donde recibió el juramento de rebelión contra el Rey…”.
José María España fue ahorcado en la Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar de Caracas, el 8 de mayo de 1799. Antes de su ejecución dijo a sus verdugos: “No pasará mucho tiempo sin que mis cenizas sean honradas”. El 14 de julio de 1811, doce años después de su ejecución, sus hijos Prudencio y José María izaron el pabellón nacional en la misma plaza donde su padre había sido ahorcado.
Con el Mazo Dando