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10.Jun.2015 / 04:06 pm / Haga un comentario

Foto: EFE

Actualmente una nueva matriz de opinión recorre los principales portales web y las más antichavistas páginas de diarios nacionales e internacionales, fomentando por enésima vez en las perturbadas mentes opositoras la concepción de que en la República Bolivariana de Venezuela no existe libertad de expresión.

Y es que ahora resulta que el expresidente del gobierno español, Felipe González, quien se encontraba en nuestra patria supuestamente para asesorar a los abogados que defienden a los hoy procesados, Daniel Ceballos y Leopoldo López, se fue del país el pasado martes 9 de junio porque, según él, las autoridades revolucionarias le impidieron desarrollar sus actividades con absoluta libertad.

En este sentido, y aunque suene irónico, el Diario Las Américas publicó este miércoles 10 una nota en la que destaca que el Felipillo se retiró de Venezuela «con las manos vacías» porque el chavismo obstaculizó, con su poderío ilimitado y con su incansable necesidad de ocultar la verdad, su enorme abanico democrático preñado de buenísimas intenciones.

De acuerdo a esta publicación, González, tras su peregrinaje caritativo, solo alcanzó a ver al exalcalde Antonio Ledezma en su residencia, ubicada en el este de Caracas, gracias a la presunta intervención del diputado Richard Blanco. A este «líder» político, al igual que a los expresidentes Andrés Pastrana y Jorge Quiroga, se le habría negado la posibilidad de visitar a Ceballos y a López en sus respectivas celdas.

Igualmente, el «régimen» de Nicolás Maduro le habría impedido asistir al juicio de Leopoldo López en calidad de observador internacional, por considerar que su presencia era injerencista. Debido a estas razones, aseguró el diario, el exjefe de Estado decidió marcharse de Venezuela.

Ahora bien, ante todo este berrinche y todas estas excusas trasnochadas, es necesario preguntarse: ¿Por qué Felipe González, si se sintió tan agredido por las autoridades venezolanas, no armó otro de sus adorados shows mediáticos antes de irse, si nada se lo impedía? ¿Por qué irse por la puerta de atrás, a escondidas, sin lloriqueos, solito y sin ningún líder opositor que le lamiera las suelas de sus zapatos hasta las escalerillas del avión colombiano?

Y en todo caso: ¿Por qué ese malestar con respecto al hecho de no poder asistir como observador al juicio de López, si desde un principio se sabía que esta actitud descarada, unilateral e injerencista no iba a ser aceptada por el gobierno de Venezuela? ¿Acaso el señor González no venía solamente a asesorar a los abogados de los supuestos presos políticos? ¿Qué más quería el expresidente español entonces?

¿Falta de libertad para desempeñar sus labores en nuestro país? ¿Cuáles labores exactamente? ¿Falta de libertad de expresión, pero si cada una de las ruedas de prensa que ofreció esta «distinguida personalidad» se coparon por una nube multicolor de micrófonos, y por una gran cantidad de reporteros nacionales y extranjeros que recogían a cada momento sus declaraciones?

Que otro tonto se trague ese cuento. Las fotos que se muestran a continuación son la más clara evidencia de la falta de credibilidad de medios como el Diario Las Américas. La visita de Felipe González a Venezuela, y eso es fácil suponerlo, perseguía intenciones mucho más oscuras.

 

 

LaIguana.TV

 

 

 

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