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Prensa PSUV.- Al cumplirse 64 años de la rebelión que sacó del poder la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, permanece intacto en la memoria popular que las aspiraciones de nuestro pueblo de entonces, fueron traicionadas por la cúpula que asumió los destinos públicos de nuestro país. Esa cúpula personificada por los herederos de la traición y constituida ahora, por sus familiares y socios empresariales conformados en nuevos y viejos partidos políticos, encarnan hoy la dirigencia contrarevolucionaria y opositora al proyecto revolucionario y popular bolivariano.

El 23 de enero de 2019, el imperialismo yanqui y la extrema derecha nativa, tergiversaron el simbolismo de esta fecha para poner en escena una tragicomedia contraria a toda legalidad y constitucionalidad: la auto proclamación de Juan Guaidó como “presidente interino de Venezuela”.

Fue esta la ficción jurídica en la que se hincó, el gobierno de los Estados Unidos y otros gobiernos rapaces como los de Inglaterra y Colombia, entre otros; para apropiarse de los activos de nuestra Patria y congelar o confiscar cuentas bancarias del Estado venezolano en el extranjero, materializando el robo de recursos y activos a la nación venezolana y con cuya repartición del botín Guaidó y su grupo resultaron ampliamente beneficiados económicamente a costa del sufrimiento de nuestro Pueblo.

Este 23 de enero los patriotas de hoy, encarnados en la sangre libertaria de quienes dieron sus vidas por la liberación del pueblo, se activan para desenmascarar y exigir justicia contra Guaidó y demás lacayos serviles al imperio y a la oligarquía criolla, quienes, aunque traigan ropa nueva, bajo ellas se esconden intactas las mismas mañas viejas, fingiéndose demócratas ante las nuevas generaciones, no obstante, en resistencia popular, el pueblo patriota de entonces, ha enfrentado y derrotado la estrategia del gobierno paralelo.

El origen: traición y rebelión

“La esperanza popular puesta en la insurrección cívico militar ocurrida el 23 de enero de 1958, se vio frustrada tras las elecciones realizadas en diciembre de ese mismo año. El Pacto de Punto Fijo, (firmado en la residencia del mismo nombre propiedad de Rafael Caldera), permitió que Rafael Caldera (COPEI), Rómulo Betancourt (AD), y Jóvito Villalba (URD), se impusieran en el poder inmediatamente después del derrocamiento de Pérez Jiménez, asumiendo la representación política del grupo burgués (Fedecamaras), y de los militares de la Fuerza Armada Nacional, que había sido soporte de la dictadura.
Fabricio Ojeda, entonces diputado electo, presenta su memorable carta de renuncia ante el Congreso en el año 1962. Su frase más célebre queda para la historia frente a la traición AdecoCopeyana: «El 23 de enero nada ocurrió en Venezuela, a no ser el simple cambio de unos hombres por otros al frente de los destinos públicos. Nada se hizo para erradicar los privilegios ni las injusticias. Quienes ocuparon el poder, con excepciones honrosas, claro está, nada hicieron para liberarnos de las coyundas imperialistas, de la dominación feudal, de la opresión oligárquica. Por el contrario, sirvieron como instrumento a aquellos intereses que gravitan en forma negativa sobre el cuerpo desfalleciente de la Patria».

“Pueblo a la calle”

Entendiendo que los traidores de hoy son los herederos de aquellos, el pueblo patriótico constituido por los partidos del Gran Polo Patriótico, movimientos del Congreso Bolivariano de los Pueblos, PSUV Caracas, La Guaira, Miranda, Aragua y Carabobo; CLAP de Caracas, movimientos de mujeres, movimientos juveniles, la Milicia Bolivariana y diputados y diputadas del Bloque de la Patria, se lanzan a las calles de Caracas, a defenderse una vez más, con el mismo heroísmo que lo hicieron sus valientes predecesores aquel 23 de enero, para ejecutar una agenda de lucha que involucra trabajo voluntario en las comunidades, pinta de murales y actividades deportivas organizadas por el Partido Socialista Unido de Venezuela, movimientos sociales y colectivos populares de la Parroquia 23 de enero.
Además, un comité integrado por diputados, diputadas y diversos sectores sociales, se Dirigirán a la Fiscalía General de la república, para exigir el enjuiciamiento de Juan Guaidó por usurpación de funciones, apropiación indebida de recursos propiedad del Estado y pueblo venezolano; y su complicidad en la generación de condiciones para la violación de Derechos Humanos referidos a la salud, acceso a la alimentación, acceso al agua potable y servicio eléctrico, producto de las acciones ejecutadas por él, en su ilusión de presidente interino y gobierno paralelo junto a gobiernos pro-imperiales, por traición a la Patria al firmar contratos con mercenarios para asesinar al Presidente constitucional y otros dirigentes nacionales, y propiciar acciones armadas de potencias extranjeras contra la República Bolivariana de Venezuela.

Solo el ímpetu libertario que permanece intacto en la conciencia y la memoria histórica y de quienes hoy personifican a quienes dieron sus vidas por erradicar la tiranía, harán posible la liberación definitiva de un pueblo asediado por quienes ven este país como un negocio y sus recursos como botín, y cuyas ansias y aspiraciones de obtenerlo no cesarán. Por ello la tarea es asumir que, si bien aquella “victoria” fue sobre la dictadura, hoy el compromiso al que estamos llamados es mucho mayor, una vez evidenciado que el enemigo ya no es local, sino que articula desde distintos puntos del planeta, es despiadado, asesino e inmoral y se llama imperialismo.