Opinión
Foto: Referencial
Por: Renny Peña
Si los que hoy se autoproclaman “dueños absolutos» de la oposición del país, fueran tan buenos sacando cuentas, como lo son para robarse todo lo que pueden a su paso, no deberían tener un discurso tan envalentonado.
Esta autoproclamada oposición, dirigida a control remoto por el Departamento de Estado pasaron a la historia como la peor generación política de nuestro país, saqueando la nación en un santiamén, llevándose a sus bolsillos miles de millones de dólares y haciendo estragos en la calidad de vida de los venezolanos más humildes, que hoy padecen de este despiadado ataque a solicitud y complacencia de una dirigencia opositora indolente con el pueblo venezolano, su único objetivo es la obtención del poder político por encima de todas las cosas; hasta sacrificar vidas de su propia gente con tal de tener una buena foto para llamar la atención de la comunidad internacional.
Hoy el autoproclamado y sus compinches se encuentran en la fase final de su virtual liderazgo, pasando Guaido a la historia como el cachivache político más torpe de Venezuela y el continente, infecundo de razonar y sostener una idea, mucho menos de conservar un consenso interno entre sus pares para llegar a un acuerdo que sirviera a conducir sus planteamientos a un exitoso destino.
Guapos y apoyados por la chequera imperial y el narco aparataje político del gobierno colombiano, hicieron desmanes con los recursos que pudieron meterle mano en estos últimos meses, llevaron a la asamblea nacional al peor de los escenarios, condujeron parte su pueblo opositor a la peor de las frustraciones, no dándose cuenta que existe un sector de la oposición que razona, piensa y acciona, que de paso también torpemente despreciaron llamándolos minorías, sin sacar bien sus cuentas, ni meditar las consecuencias que pronto se afloraran en la AN. Demostrando una vez más que la soberbia en política es mala consejera.
En fin el autoproclamado quedará fuera de lote y en poco tiempo disminuido su liderazgo fascista que pretende exterminar todo pensamiento que busque alternativas de encuentro, comprensión y reconocimiento al otro diferente.
Ya el tiempo se les agotó, les llegó el tic-tac y estamos llegando a buenos términos, quedando el hoy Presidente electo Nicolás Maduro como un estadista de gran capacidad y un alto nivel para resolver nuestros conflictos con la “P” mayúscula que necesita la política de hoy en día.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Leales Siempre, traidores Nunca!