Opinión

1.Jul.2014 / 03:12 pm / Haga un comentario

La unidad es un fenómeno que debemos construir de manera consciente, sin duda hay muchos elementos que inducen a la acción unitaria entre los seres humanos y eso se ha expresado en diversos momentos históricos; pero también la construcción de un proceso revolucionario o de un proceso de transformación revolucionaria en un país requiere de Unidad.

Los revolucionarios deben unificarse a una propuesta de transformación, ahora bien, esta unidad consta de elementos que la promueven desde los afectos humanos, personas que nos hemos conocido en el devenir del tiempo en diversas coyunturas políticas y humanas, demostrando lealtad.

La unidad también proviene de ese proceso histórico donde se va construyendo una propuesta teórica y programática que viene fortalecida por la práctica cotidiana, es la interpretación de textos, pensadores, políticos, que nos ha permitido ver en la práctica nuestras coincidencias y la posibilidad de que las mismas tengan eco en el país.

Ahora, la unidad de los revolucionarios no es una autopista plana donde tu desarrollas máxima velocidad, la unidad de los revolucionarios como cualquier construcción humana tiene sus espacios, sus momentos de parálisis y de contradicción. Los principios de la dialéctica definen que en toda unidad existen fuerzas que tienen contradicciones, existen entes que pueden ser denominados contrarios, es decir, existen divergencias en el seno de cualquier unidad, la construcción de la misma pasa por la superación de las divergencias, pero visto desde la perspectiva no es que se anula la divergencia sino que se le da una solución superior.

Generalmente, la confrontación de posturas encontradas obligan a darle una solución que sin duda es la superación de esa contradicción y en el devenir del tiempo posiblemente esa solución presente un nivel de negación y a eso le vendrá otra sustitución, es decir, siempre se negará lo que tiene una falla y se elaborará una alternativa.

El desarrollo de la historia se basa sobre negar lo que ha sido perjudicial para superarlo, desde ese punto de vista, la unidad como fenómeno complejo no supone que haya unanimidad de criterios, lo que si supone es la definición de unos preceptos básicos que nos permiten dejar claro porque es necesario estar unidos.

Asimismo, el tema económico en todas las sociedades es un argumento profundamente complejo, debido a que la base teórica de conocimiento no es necesariamente extendida, no son muchos los camaradas que tienen un conocimiento profundo del tema económico; pero no es cierto “que la verdad en lo económico la tiene el que ha estudiado o el teórico sobre la economía”. De hecho, los principales textos de Carlos Marx, se basan en la confrontación a los teóricos en sus tiempos que buscaban interpretar las cosas y no buscar la manera de resolverlas, en el planteamiento de los revolucionarios hay mucho sentimiento de irreverencia y cuestionamiento a lo establecido, por tanto, sería una contradicción desde el punto de vista del pensamiento, que la Revolución diera por cierto lo que los teóricos dicen sobre el tema en lo económico, la Revolución debe ir probando, revisando, construyendo y no olvidarse de lo que siente el pueblo.

Debate en el área económica

Ante este tema económico, hoy día hay un debate que estuvo reconocido por el propio Comandante Chávez, varios de los intelectuales de la izquierda revolucionaria han planteado que es una asignatura pendiente desde el inicio de la Revolución en Venezuela, el cómo resolver la construcción de una estructura económica que tenga que ver con la transformación Socialista de la Patria.

En el Plan de la Patria 2013-2019 se escribe que es necesario la transición al Socialismo y uno de los primeros elementos habla de ese ajuste de la sociedad a un pensar No Capitalista, a la construcción de la economía desde lo comunal, es decir, está claro que el tema económico es muy complejo.

¿Es válido que en este momento pongamos en duda la unidad de los Socialistas por una contradicción que debe ser debatida? Pareciera incorrecto, de hecho hay países que hoy en día se suman a esta propuesta transformadora de Multipolaridad, como por ejemplo: Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, Cuba, La unión Soviética, Irán, China, entre otros, y en cada uno de ellos el modelo económico presenta variaciones, en las cuales no se está presentando un debate entre estos países que están apuntando a la ruptura de la hegemonía imperial, buscando la creación de una nueva fórmula internacional de trabajo solidario y de cooperación entre los pueblos para superar las deficiencias, aquí no se está planteando un debate económico que diferencie cuales son los países más revolucionarios que otros, por lo tanto, pareciera una trampa en la cual han caído algunos camaradas que pretenden hoy poner como punto de fraccionamiento el debate en lo económico. No hay que dudar que el debate es complejo, pero sin duda no es verdad que sobre este tema tengan la primera palabra los teóricos, la primera palabra la debe tener la vanguardia de la Revolución que desde los últimos años en vida de Chávez, promovió la construcción de direcciones políticas que la dirijan.

Por eso tenemos que tener claro la necesidad de que en el seno de las direcciones políticas de los colectivos revolucionarios haya debate, pero no para generar una contradicción sino el debate como mecanismo de buscar alternativas a los problemas, por ejemplo, cuando un organismo llega a un acuerdo se impone la mayoría sobre la minoría, eso quiere decir: Puedo tener una diferencia pero creo con lealtad en lo que define a mi organismo y creo con lealtad hacia donde apunta el proyecto estratégico.

Por tanto es obligación de todo revolucionario ser leal a su colectivo. Desde este punto de vista, decimos: La unidad de los revolucionarios es necesaria, sobre todo en este momento en el que la derecha venezolana nos está amenazando. No es casual que ante las dos cartas publicadas por los exministros Jorge Giordani y Héctor Navarro, la derecha se quiera aprovechar queriendo hacer ver una “supuesta división” entre los revolucionarios; esto nos debe llevar a la reflexión; por supuesto que a nosotros nos interesa la crítica y autocrítica como una manera de buscar soluciones pero estas, jamás se pondrán por encima de la Unidad de los revolucionarios. Es por ello que el que pide derecho a criticar se le exige compromiso con la unidad y la lealtad.

La unidad de los revolucionarios, es un mecanismo de lucha constante de actores políticos que podemos tener divergencias entre nuestros criterios, pero el derecho a la divergencia parte del reconocimiento de que es necesaria la unidad y la lealtad.

Hoy es necesaria la unidad, bien lo dijo Chávez en su último discurso “Vendrán tiempos difíciles”, no solo porque nos sentimos atacados por la derecha sino porque han salido contradicciones en el seno de los revolucionarios, pero hoy con dignidad nos reivindicamos a la postura política del Presidente Obrero Nicolás Maduro y de toda la dirección política nacional. Habrá debate y contradicción pero por encima de todo debe haber unidad y lealtad al proyecto.

Finalmente, la consigna correcta es: Unidad, unidad y unidad.

 

Luis Figueroa

 

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