Opinión

6.Ago.2019 / 02:40 pm / Haga un comentario

 

Por: Roger Garcés

¡Vivan las cadenas! es un lema de los absolutistas españoles en 1814. Cuando Fernando VII regresó del destierro, se escenificó en Madrid un recibimiento popular en el que se desengancharon los caballos de su carroza, que fueron sustituidos por las gentes del pueblo que tiraron de ella. Se dice que la gente del pueblo gritaba “Vivan las caenas”.

Un video ilustrativo nos muestra: https://www.youtube.com/watch?v=toBn79ujwJc

En la guerra de independencia de nuestra patria Venezuela se dice que “las fuerzas realistas en su gran mayoría no eran españoles, eran venezolanos que defendían a la corona española, es por eso que en términos de la independencia no se habla de una guerra contra el ejército español, sino contra el ejército realista.

Durante la guerra de independencia, buena parte de la población venezolana entendía la supeditación de nuestra nación a la corona española como normal. A Bolívar y al Ejército Libertador se les responsabilizaba por los estragos y desórdenes que para muchos eran innecesarios, y en principio una gran parte de los habitantes de esta tierra manifestaban su preferencia porque todo siguiera como estaba, a cambio de evitarse las perturbaciones que a su paso suelen dejar las guerras… aunque esta guerra fuese la de su propia independencia”. (El Regreso de los Realistas, Ronald Muñoz, 26/07/2012, Aporrea.org)

Darsy Ribeiro refería que en la dinámica opresor-oprimido, el oprimido generaba una dualidad en la que por un lado odiaba a su opresor y por otro lado lo amaba. Hoypodemos decir que esto sería una forma de alienación o de “Identificación proyectiva”. En realidad esta paradoja ha sido descrita por muchos autores; se cuenta que los “Capo prigioniero” en los campos de concentración fascistas italianos que eran entre otros, judíos que cuidaban judíos, eran más feroces y más exigentes que los mismos fascistas. Se cuenta de un capo prigioniero que con una lanza acometía contra los cadáveres para descubrir ante sus opresores si algunos de sus compañeros judios se estaba haciendo el muerto.

La dominación impone sus patrones de conducta de forma implacable y lastimera. Darcy Ribeiro también cuenta que los niños en barcos negreros jugaban a “Capturarse”.

Hoy el imperialismo ha avanzado en cuanto a la estrategia de “Cerco y aniquilamiento” como la llamaría el Presidente Mao, ha bloqueado a Venezuela y congelado sus activos. Lo mismo hizo con la Libia de Muamar el Gadafi antes de la invasión.

No debemos sorprendernos por el robo, esta es una práctica habitual de los imperios. Lo que si nos sorprenderá es la cantidad de gente que va apoyar estas medidas, que apoyarán la invasión, que seguirá gritando «Vivan las caenas», que jugarán a «capturarse» o en muy mal inglés alertando a las tropas gringas acerca de cuáles son las casas de los chavistas.  Claro, esto lo harán cuando vean las patrullas de «marinees» desplazándose en  «Humvees» y probablemente seguirán haciéndolo cuando en toda la cuadra no quede ningún edificio en pie. Y por supuesto también seguirán culpando a Maduro cuando caigan las bombas.

¿Chto Dielats? (¿Qué hacer?) Se preguntaba Lenin en 1902 y daba lineamientos específicos. El presidente Mao titulaba en 1949: “Desechar las ilusiones y prepararse para la lucha”, la liga Socialista lo entendió claramente en aquellos años 70 y al unir los dos títulos concretó aquello que es a lo que nos convocan los acontecimientos de hoy.  Serrat terminaba su poema Pare (Padre) diciendo: “Padre deje Usted de llorar, que nos han declarado la guerra”

 

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