Cada vez que nos planteamos luchar contra la pobreza, no podemos dejar de referirnos a las aristas de ella: la material, la espiritual e ideológica. Aunque lo primero que debe atacarse es la pobreza material, porque la misma tiene que ver con la satisfacción de las necesidades básicas más perentorias del ser humano, nunca debemos olvidar que para combatir la pobreza material en una forma estructural y definitiva, es condición indispensable que paralelamente se combata la pobreza espiritual y la ideológica. Para lograrlo debemos impulsar una verdadera revolución cultural porque muchas de las raíces de la pobreza material están en la “torre de control”, porque de allí parten los pensamientos y los sentimientos que nos inculcan con la educación (formación e instrucción) que recibimos desde el vientre materno; y posteriormente en la familia, escuela, comunidad y a través de los medios de comunicación. El tipo de gobierno que los pueblos se den, tiene un gran efecto sobre la visión que sobre la vida adopte esa sociedad. Sin duda, los valores que inculca un gobierno con orientación capitalista donde todo es mercancía y la ganancia es el principal objetivo, no guardan relación con los que debe inculcar un gobierno socialista, cuyo centro de interés es la felicidad integral del ser humano.

Muchos somos individualistas porque desde niños nos hacen creer y sentir que somos el centro del universo y que quienes nos rodean no tienen mucho que ver con nuestras vidas, que la vida de nuestros semejantes no afecta la nuestra, y que en esa “jungla” en la que a veces convertimos la vida, sólo puede sobrevivir el más fuerte. Por lo tanto, lo único que importa es el tener (poder y dinero). Por eso llegamos al extremo de responsabilizar a los pobres de su pobreza y a veces tenemos el poder y lo utilizamos para servirnos y no para servir. Así mismo, pudiéramos llegar a pensar que si una o un vecino maltrata a su hijo o hija, no tenemos por qué involucrarnos en ese asunto, ya que al fin y al cabo es su hijo y no el nuestro. En el mismo orden de ideas, algunos de nosotros pudiéramos ser indiferentes ante las penurias de unos abuelos abandonados que viven en nuestra comunidad. Obviamente no nos han enseñado o no hemos comprendido lo que es la corresponsabilidad social.

En la década del 90 fueron muchas las veces que oímos: yo no me meto en política porque eso no me da de comer. Evidentemente que quien así piensa no está claro que el sistema político que nos rija tiene mucho que ver con que tengamos o no trabajo y con la calidad de vida que se desprenda de ese trabajo. De aquí que la Revolución Bolivariana debe implementar estrategias de formación socialista, de manera que la teoría y la praxis produzcan la elevación de la Conciencia Política y la Conciencia del Deber Social de las y los venezolanos. Por una concepción equivocada y egoísta de la vida es que a veces no comprendemos las bases ideológicas detrás de los Programas Sociales, y por lo tanto, los recursos colocados en esta área lo consideramos gastos y no inversión.

No es casual la eliminación del carácter retroactivo de las prestaciones sociales en 1996 por parte del Ministro de Cordiplán Teodoro Petkoff, quien dirigía la Política Económica del segundo gobierno del Dr. Caldera (Dic.93- Dic.98) y quien aseguró que la medida ayudaría a generar empleo y a estimular el aparato productivo. Por supuesto que esto no ocurrió y la inflación continuó su carrera alcista. En esta visión capitalista en relación al trabajo y de los trabajadores se elaboró un plan para privatizar la Seguridad Social. Tampoco es casualidad que la revolución haya encontrado sólo 387.007 pensionados y que en 13 años se haya incrementado en un 372 % hasta alcanzar 1.900.000 pensionados. La cifra anterior no incluye a quienes se beneficiarán a partir de enero del 2012 de la Misión en Amor Mayor, la cual pensionará a los siguientes grupos de adultos mayores, conformados por mujeres y hombres, mayores a 55 y 65 años, respectivamente: 1. Homologación a las pensiones del IVSS (sueldo mínimo) de 205.000 adultos mayores actualmente pensionados por el Instituto Nacional de Servicios Sociales (INAS) con 60 % del sueldo mínimo. 2. El Estado le completará la cuotas hasta 750, a 65.000 adultos mayores que de esta manera ingresarán como pensionados del IVSS. 3. El IVSS pensionará a 400.000 adultos mayores que nunca cotizaron, pero siempre trabajaron. El Presidente Chávez se propone que en el país de Simón Bolívar toda y todo ciudadano pueda disfrutar de una pensión de vejez.

Finalmente, mientras en España e Italia acaban de aumentar la edad para pensionarse a 67años, producto de los ajustes económicos que impone el capitalismo financiero a varios países europeos, el Socialismo Bolivariano sigue dignificando a las y los trabajadores como “fuerzas motrices o sujetos de la revolución que son, en su doble condición de creadores de la riqueza social y expropiados del fruto de su trabajo…”.

Caracas, 14 de diciembre de 2011.

Viviremos y Venceremos