Opinión

13.Jun.2017 / 05:19 pm / Haga un comentario

Carolys Pérez

Por: Carolys Pérez

Desde pequeña me enseñaron que la tolerancia y el respeto eran fundamentales para la convivencia, más cuando se pertenece a familias numerosas, desde aquellos tiempos y hasta hoy procuro tenerlo presente como regla de vida. Por eso cuando noto que alguien piensa distinto a mí, indago en sus razones y procuro argumentar mis posiciones a fin de debatir.

Luisa salió del closet, desde el 22 de Diciembre de 2014 -cuando fue designada nuevamente en esa responsabilidad- hasta el 31 de Marzo de este año cuando declaró titubeando su desacuerdo con una medida del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), había cargado con el terrible peso de la actitud fingida, de los aplausos no sentidos, de las reuniones que seguramente se le hacían incómodas…qué terrible dinámica, desgastante, frustrante y tan llena de amargura. Porque debe ser terrible Luisa, haberte levantado esas mañanas y vestirte sabiendo que ibas a acudir a esos espacios fingiendo y sonriendo, horas que se harían eternas…pero bueno, ese peso ya no lo cargas contigo y debes sentir un gran alivio. Hasta eso: la hipocresía, la observo y la tolero a distancia. Pues dice más de quien la ejerce que de la víctima de ella. Hasta allí no eres sino eso: alguien hipócrita.

Sin embargo, esa primera declaración dejó ver una diferencia de criterios entre un poder (el judicial) y la Fiscalía, que además fue dirimida como establece la CRBV, en su artículo 323, activando el Consejo de Defensa de la Nación. Lo cual debe ser motivo de alegría en una sociedad democrática como la nuestra, y de reconocimiento hacia ti Luisa por levantar el alerta; aunque siempre me quedaba la duda del por qué no hacerlo en privado, más eso es una cuestión de estilos propios que pocas veces coincide de una persona a otra. Cada sector en pugna, tomó tu declaración como más le convenía y así, por un lado algunos volvieron a encender la mecha de la violencia callejera que se les extinguía y por otro, se procuraba analizar si la misma implicaba una definición de postura política firme. Se abría un debate y pasabas a estar en la primera línea, eras protagonista y así tu ego crecía.

De allí en adelante, el tiempo y tus acciones han dejado clara no sólo tu postura sino tus intenciones y vaya que has dado una gran sorpresa, no hay que negarlo pues así aparezcan algunas voces diciendo que lo veían venir, otras que no se lo esperaban, lo cierto de todo ello es que hasta no concretarse tus pasos todo era especulación. Lo que ha sucedido supera cualquier elucubración y seguro tienes aún más hiel guardada, son muchos años acumulando ese sentimiento intenso de pena y amargura como para pensar que con 5 declaraciones te has vaciado Luisa, estoy segura que no.

Cada una de tus acciones denota un estudio previo del momento y de cada palabra esgrimida, con mente fría, con alevosía y con el cuidado de quien desea dar un golpe certero que procure mantener o agudizar el nivel de conflictividad, sin importar las consecuencias que esta escalada pueda acarrear; ya que el objetivo tuyo es claro: sacar al Presidente Maduro por la fuerza. Y allí querida Luisa, si te rechazo, si te desprecio, si entramos en conflicto. Pues tanta maldad, concebida y planificada desde el odio y la amargura, sólo puede generar muerte, zozobra y terror entre aquellos que pensando igual a ti o no pretendemos convivir en esta sociedad. Allí radica el problema real.

No me importa que pienses distinto a mi, que no creas como yo en la Sociedad Socialista, puedo convivir contigo en el disenso. Me compadezco de ti al ver que te valieras de mil artilugios y falsas posturas para llegar a ser ratificada para semejante cargo,  pues la hipocresía siempre ha de pesar; me entristezco al verte amargada, sin poder si quiera levantar la mirada cuando declaras y procuras el apoyo de tus acólitos, despidiendo a quien no se pliegue a tu postura y persiguiendo a quien pueda adversarte dentro de la institución pero ante cada esfuerzo por la paz, apareces tú Luisa  procurando esparcir tu veneno por todos lados. Cual víbora gigante cuya fuente parece infinita y así cada día sumas un muerto, cada vez más te acercas a los verdugos de esas víctimas para quienes clamamos ni perdón ni olvido y cuya comisión te quedó grande, pues hoy comes de su mismo plato. Y al no saciarte con la sangre de aquellos, incentivas acciones que cobran más víctimas en esta nueva generación. Eso es imperdonable como madre y mujer.

Como militante, rechazo tu incoherencia al procurar impugnar la designación del TSJ por parte de una Asamblea Nacional que también te designó a ti, aborrezco que optes por la confrontación violenta que niega todo ejercicio de diálogo y política seria, constructiva. Y que dejes a un lado la gran oportunidad histórica de tributar a la paz, desestimando incluso la quema de seres humanos para hincarte ante quienes te llamaron “prostituta”. Ni modo, fue tu decisión.

En fin, mi problema no es que te manifiestes militante de derecha, en tu ejercicio de libre pensamiento y expresión Luisa. Mi problema es que asumas el rol de verduga, de bruja que conjura la más macabra obra y que la misma traiga como consecuencia la pérdida de vidas humanas, en su mayoría jóvenes y nos lleve al borde de un abismo que sabes insalvable para la generación que se lance. Espero Luisa que tengas larga vida para que nos veas triunfar en esta batalla por la paz, que cada sonrisa de un niño y una niña que estudia y juega te ayude a borrar las terribles imágenes de esos nenes encapuchados y preparando bombas molotov sin tener plena conciencia de sus implicaciones. En fin, que puedas ver nuevamente la pradera llena de flores y no incendiada como pretendes. Que llegues con todas esas imágenes a tu destino, que ya está escrito y es el mismo de todo traidor: Las letrinas de la historia.

 

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