Opinión / Héctor Agüero

22.Jun.2015 / 07:36 am / Haga un comentario

El resultado de quince años de desprestigio mediático en contra de la Revolución Bolivariana se palpa en la carga de odio y en los desplantes cada vez más descarados de personajillos de la vida pública latinoamericana y de la UE. Nadie, en la derecha, quiere perder sus sesenta segundos de gloria que le brindan a escala mundial los financistas de de la comunicación masiva, valga la redundancia, las grandes corporaciones que manipulan la economía del planeta.

El turno de agresiones para este 2015 le corresponde a los ex presidentes de países vecinos, buena parte de ellos asalariados de Fundaciones de oscuras procedencias, como los mexicanos Fox y Calderón, el colombiano Pastrana, vinculado a redes financieras nada transparentes, y los chilenos Lagos, Piñera y la vedette del circo, el Felipillo saltatalanqueras de la picaresca española. Todos guardan un denominador común: un mediocre ejercicio presidencial salpicado de corrupción y complicidades. Vienen a nuestro país, de manera vergonzante a exhibirse como defensores de los DDHH sin mirar la realidad de su país y en su torpeza declaran que Venezuela vive una dictadura.

A propósito de la Copa Libertadores, el señor Felipe Calderón conocido en territorio azteca como Fecal, el más tolerante de los ex mandatarios mexicanos con los cárteles de la droga, vomitó su odio contra Venezuela, por la simple razón que le ganamos un partido de fútbol a Colombia. Vociferó en las redes que éramos sucios (los venezolanos) y despotricó del Presidente Maduro.

Es interesante constatar en este ataque en que ya no se trata de agredir al chavismo, ahora el odio es contra toda Venezuela. Contra las venezolanas y los venezolanos. Contra nuestra patria y contra nuestros símbolos: la Vinotinto es de todos. Es el resultado de años de odio a quienes el Pueblo de Venezuela los despojó de sus privilegios el 6 de diciembre de 1998 y siguen destilando maldad y frustración, mientras que El Soberano que conquistó sus derechos los ha hecho en alegría, en paz. Todos unidos en defensa de La Vinotinto, de Venezuela.

 

 

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