Opinión

6.Jul.2014 / 02:07 pm / Haga un comentario

I

50.000 carajitos han llegado desde octubre a Estados Unidos por los caminos verdes. Llegan a ese país sin padres, representados precariamente por los chacales tratantes de personas, a buscar la felicidad que conocen por las pantallas de tv o a buscar a sus progenitores adelantados en la difícil suerte de la emigración. No son Barney ni sus amigos quienes los reciben, tampoco hay golosinas, ni refrescos, hot dogs ni pop corn. La amargada y temida “Migra” captura a los indiecitos o mestizos centroamericanos con su tradicional cara de culo y sus armas automáticas en bandolera, por si las moscas.

Mientras, el Premio Nobel de la Paz que más niños y adultos ha deportado de su país, Barack Obama, huye hacia adelante y califica el hecho como “tragedia humanitaria” y mientras viejas encopetadas y pelucones discuten en Washington la liberación de fondos para atender la situación, los niños no abandonan su mundo de fantasía a pesar de ser obligados a convertirse en adultos a juro en un país que es campeón en la explotación del trabajo infantil. Confían en la mano salvadora del programa “Caso Cerrado” o cualquier otro enlatado que vende la promesa de que “Deux et machina” los niños milagrosamente serán salvados de la deportación. Pero la película es otra.

II

Cita la controvertida Wikipedia que “Peter Pan es un niño que puede volar y que nunca crece. Vive en el país de Nunca Jamás, una isla poblada tanto por piratas como por indios, hadas, y sirenas, y en donde vive numerosas aventuras fantásticas junto a sus amigos los Niños Perdidos”.

“Niños perdidos” es la expresión vinculante de Peter Pan, un personaje que se niega a ser adulto, que le da nombre a una de las más desgraciadas, trágicas y abyectas operaciones de trata de personas organizadas por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, en el lapso comprendido entre 1960 y 1962. Hay que decir ¡válgame Dios!, que la Operación Peter Pan contó con el auspicio, patrocinio y organización de dos santidades: la Agencia Central de Inteligencia y la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Con saña propagandística, el imperialismo divulgó el rumor en las capas medias cubanas de que sus hijos pronto serían enviados a la Unión Soviética a convertirse en furibundos animales comunistas. Así, más de 14.000 criaturas inocentes fueron desarraigadas del seno materno y enviados a Estados Unidos para ser “salvados” del comunismo fidelista.

Los niños fueron sometidos a dolorosas penurias y muchos vagaron con sus vidas rotas por el territorio de un país que desconocían. Tampoco hubo, por supuesto, hot dogs ni pop corn. Tampoco hubo, ni habrá, responsables, culpables, enjuiciados o condenados.

III

Se da unos aires, a juzgar por su fotografía, a Justin Bieber. Es -era- un flaquito lindo de ojos vivaces y carita risueña. Lo adivinamos bromista, deportista, inteligente y soñador. Mohammad Abu Khdeir, de 16 años, no vivirá la vida buena que para él soñaron sus padres. Fue secuestrado y quemado vivo en Jerusalén oriental por extremistas judíos en represalia por el asesinato de tres jóvenes israelíes, también niños.

 

Por: Pedro Gerardo Nieves

 

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