Opinión

19.Sep.2018 / 11:53 am / Haga un comentario

Foto: Referencial

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Por: Geraldina Colotti

En Argentina, la represión de Macri contra los sectores populares continúa. Una represión brutal, que esta dejando las manos libres para las fuerzas policiales más reaccionarias, que en realidad nunca dejaron las prácticas brutales en uso en el período más oscuro de la historia Argentina, la de la última dictadura cívico-militar.

La policía de Macri puede permitirse el lujo de golpear a la representante de un país de América Latina, como ocurrió con la entonces ministra venezolana de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, en diciembre de 2016.

El empresario Macri puede permitirse el lujo de llevar al país al desastre económico y botar a las familias a la calle. Puede permitirse el lujo de golpear y poner en la cárcel a los que protestan pacíficamente contra la represión y contra las detenciones arbitrarias de líderes populares: sin que el señor Almagro, Secretario de la OEA con la obsesión bélica contra Maduro, le haga ni siquiera una reprimenda.

Ni llegarán sanciones o reprimendas de la Unión Europea, tan diligente para cerrar las fronteras a los inmigrantes en el Mediterráneo, como para repartir millones de euros para ayudar a una supuesta «emergencia de profugos venezolanos en la frontera”, como hace ahora Federica Mogherini con el canciller colombiano Trujillo de visita a Europa. ¿Qué dicen Mogherini o Tajani sobre lo que sucede en Argentina, un país de gran migración italiana? Nada.

La última represión de Macri tuvo como pretexto la persecución contra los migrantes. Frente a una incursión de la policía en contra de algunos vendedores ambulantes senegaleses que trabajan todos los días en el barrio de Constitución, varios militantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE – CTEP) han acudido en su ayuda con el fin de evitar la nueva arbitrariedad policial.

En respuesta, fueron golpeados y detenidos juntos a los senegaleses. Los movimientos populares reaccionaron con una manifestación espontánea para exigir la liberación de los arrestados. Una protesta pacífica que, sin embargo, se encontró con una nueva respuesta represiva que condujo al arresto de varios manifestantes. Entre estos, conocidos voceros del CTEP como Juan Grabois, Jacqueline Flores Rafael Klejzler.

Representantes de los trabajadores informales de la economía popular, particularmente cercana a las posturas del Papa Bergoglio. Grabois, en particular, es considerado el «emisario» del Papa en los movimientos populares. A raíz de Trump, su viejo amigo y secuaz, Macri está por lo tanto lanzando un mensaje a esa parte del Vaticano, más atenta al mensaje del Evangelio que al de las clases dominantes.

Aquí presentamos la voz de Juan Grabois, a quien entrevistamos para la edición italiana de Le Monde diplomatique cuando vino a Roma. Una entrevista que se puede leer en su totalidad en el libro Después de Chavez. Como nacen las banderas (coedición de El perro y la rana y Vadell). Grabois fue uno de los organizadores del Tercer Encuentro Mundial de los movimientos populares, realizado por el Papa en el Vaticano, y es miembro de la Dirección Nacional de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Junto a Emilio Persico, Grabois es autor del libro Organizaciones y Economía popular, editado en Argentina por Enocep y por CTEP y distribuido gratuitamente (ctepargentina@yahoo.com). Un cuaderno de formación “para trabajadores, militantes, delegados y dirigentes de organizaciones”, que se declara “para una sociedad sin esclavos ni excluidos, para una economía al servicio del pueblo, por la unidad de los trabajadores y de los humildes”. Y concluye: “Sin poder popular, no hay justicia social”. Un viaje en la economía “informal” de la Argentina, formada por recicladores, sastres de los laboratorios clandestinos, vendedores ambulantes….En América Latina, el 47,7% del trabajo es informal. En Argentina, sobre 500.000 trabajadores, más de la mitad es empleado en el sector informal, el 16,5% trabaja “por cuenta propia”. Una fracción importante de aquella economía a tres velocidades en la que – dice el volúmen – hay quien va en avión, quien en tren y quien…..en chancletas.

Precarios, sin techo y sin tierra, han estado al centro de los tres encuentros en el Vaticano. Con cuáles objetivos?

En el primer encuentro, del 2014, hemos visto como los perdedores de este sistema sufren, pero si se organizan. En el segundo, que se ha desarrollado un año después en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, hemos descubierto 10 puntos generales para poner en marcha un cambio estructural, para pasar a una nueva sociedad que supere las relaciones sociales, culturales y económicas del capitalismo global. Puntos que tienen que ver con las reivindicaciones de los campesinos, de los pueblos originarios, de los trabajadores precarios y sin trabajo formal, de las personas sin casa, sin tierra: las 3T, Tierra, Techo y Trabajo. En este tercer encuentro, al que han participado más de 200 delegados de 65 organizaciones de los 5 continentes, hemos buscado traducir estos puntos en acciones concretas. Entre muchas de las propuestas avanzadas, hemos sintetizado 6, una por cada uno de los primeros tres temas, y otras 3 para aquellas que han sido añadidas en este último encuentro mundial. Conciernen en la ofensiva del capital contra la naturaleza, el drama de los migrantes y de los refugiados y la relación entre movimientos populares y participación política en la crisis de la democracia representativa. Por ejemplo, campañas para el agua como bien público y no privatizable en ninguna parte del mundo, el NO a los desahucios y a las expulsiones, la reforma agraria integral… A estas van añadidas las iniciativas para la liberación de los líderes sociales detenidos como la diputada indígena Milagro Sala. Yo soy parte civil en la causa contra el estado Argentino. También la ONU ha pedido su liberación.

Es posible un cambio estructural sin un cambio de las relaciones de poder? Y a dónde lleva la crítica a la democracia representativa que –ustedes dicen- ya está “secuestrada” por los poderes fuertes?

Nadie tiene la receta o el monopolio de la interpretación: Nisiquiera la Iglesia, ha dicho Papa Francisco. Se debe construir juntos. Nosotros comenzamos con poner temas muy cercanos, partimos de las exclusiones más evidentes como aquellas de la tierra, de la casa y del trabajo para construír un programa de transformación integral, lanzando campañas mundiales contra la especulación inmobiliaria, sea en el campo como en la ciudad, contra la precariedad del trabajo, contra el dominio de la finanza sobre las decisiones soberanas de los pueblos. Esto implica una refundación de la democracia, hoy secuestrada por los grandes poderes económicos a través del monopolio de las comunicaciones, que impide un debate real y de masa sobre estos temas. Así los grandes poderes imponen no solamente los propios candidatos, sino hasta una agenda a su propia ventaja y una hegemonía cultural, estilo de vida que van en contra del bienestar de la mayoría y de la Madre Tierra. Así vienen impedidas otras formas de democracia participativa. Al contrario, nosotros queremos que las organizaciones comunitarias sean incluídas y cuenten en las decisiones, queremos descubrir los mecanismos para aproximaciones sucesivas, para evitar sea el riesgo de cooptación en los acostumbrados mecanismos de poder, sea la corrupción. La política se debe hacer por pasión, no por interés o por dinero.

Usted ha invitado también a la Iglesia a la coherencia: a ceder parte del propio patrimonio inmobiliario y del latifundio. Una provocación o un gesto concordado con el Papa?

En Río de Janeiro, el Papa ha dicho a los sin casa: transfiéranse a las diócesis. Y ha dado el ejemplo renunciado a la residencia de Castel Gandolfo, dejando el palacio para vivir como cualquier sacerdote y con los más humildes. Hay dos tipos de austeridad: una impuesta a los pueblos por el capital con los préstamos condicionados, la otra es la del corazón. Debemos cambiar modo de vivir, liberarnos del consumo obsesivo introducido por el constante bombardeo publicitario para manipular nuestra libertad. Esta coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace es ahora más que nunca necesaria a la sociedad: a la credibilidad de los líderes políticos, sociales, sindicales, religiosos. No es solamente un problema ético, sino práctico: para derrotar a la corrupción, uno de los grandes males de América Latina, se necesita rechazar la cultura del capitalismo, que se ha impregnado en toda la sociedad, distorsionando objetivos y motivaciones. Hoy una persona puede estar sin casa, tierra o trabajo pero poseer un celular. Si es electo por el pueblo, un dirigente no puede pensar al dinero, ostentar un tenor de vida muy diverso de quien debería representar. Por esto, en nuestros encuentros no queremos Ong, élite que –como dice el Papa Francisco- no organizan sino que adormecen la responsabilidad y la organización directa del pueblo. No queremos nisiquiera producir la cuadratura del círculo ideológico. Marx decía que la ideología es una falsa conciencia. Aquí queremos escuchar la voz de los descamisados del presente.

En América Latina, la democracia participativa y protagonista ha sido asumida por los países que como Venezuela, se autodenominan Socialismo del siglo XXI. Es una indicación universal?

Todas son experiencias interesantes: el buen vivir, el socialismo del siglo XXI, en Argentina el “justicialismo”. Me ha conmovido ir a la posesión del cargo de Evo Morales y ver los elegidos en el parlamento : indígenas con la cesta, mineros con sus cascos…una representación directa de los sectores populares. En Argentina, de 300 diputados no hay ni uno que sea pobre, el sueldo de los diputados es 20 veces el sueldo medio. Esto genera una casta. Cierto, paragonado a cuanto ganan las multinacionales, es poco, pero el argumento según el que es mejor pagarles tanto, si no se dejan corromper es por lo menos contradictorio. Lo que corrompe son las motivaciones equivocadas, de otra manera el capitalista sería el político justo… Pero también en Bolivia, la corrupción es fortísima, Evo esta buscando tomar de pecho el problema en la última fase de su mandato. En todos los países del mundo, se verifican complicidad entre el poder policial, jurídico y político, cooptado por la tiranía del dinero que tiene como expresión ilegal el crímen organizado a nivel nacional, y como expresión legal el crímen organizado por las grandes multinacionales. Aquel del crímen organizado es talvez la mejor definición del sistema capitalista: en parte para-estatal y paralegal, en parte institucionalismo y legalizado. No es fácil resistir a la tiranía del dinero, se necesita puntar a la formación de nuevos cuadros, capaces de coherencia entre lo que se piensa y se hace y de aceptar críticas. Además de los ataques del imperialismo, en América Latina hoy también hay estos problemas. A los tres principios de los pueblos indígenas bolivianos –no robar, no mentir, no ser ocioso – se necesitaría aumentar un cuarto: no ser adulador. Y sobretodo, se necesita cambiar el concepto de que casa significa “calidad de vida”. Nos equivocamos al creer que el objetivo sea el acceso contínuo al consumismo, desde siempre negado a los pobres. Una cosa es garantizar una vida digna a todos, para el buen vivir en todo el mundo, y otra es proponer la socialización del consumismo, el despilfarro y la cultura de lo desechable: de otra manera vendremos incluídos por la lógica económica tan destructiva. Y surgirán millones de Chavez, y se multiplicarán millones de Tupac Amaru.

Y con el Norte del mundo?

A este encuentro, talvez la sorpresa más grande ha sido la consistencia y la calidad de la delegación estadounidense….Un nivel muy alto de conciencia. El próximo año haremos un encuentro regional en los Estados Unidos. Otra cita, no hecha por nosotros, será la próxima reunion del Wto, que se tiene en Buenos Aires. Cuál es nuestra respuesta? En los Estados Unidos está Bernie Sanders, que retoma el discurso del Papa, pero hay Trump, un personaje que hace alarde de haber abusado de mujeres. Su victoria, tendría el mismo significado de la de Haider en Austria. Cuando hay una crisis sistémica, hay dos salidas: la guerra de todos contra todos, o también el camino hacia un cambio de paradigma, un cambio estructural. Como movimientos populares debemos apoyar esta segunda hipótesis, sin prejuicios ideológicos, sino con firmeza, porque es la única via de transformación.

De estos encuentros ha surgido una “nueva internacional franciscana”?

Mientras tanto se busca establecer una nueva sítesis entre tradiciones seculares y espirituales, unidas por percepciones que este sistema lleva a la destrucción colectiva y que sea necesario hacer un esfuerzo de unidad. Esto implica renunciar a algunos prejuicios y dogmas: no significa bajar al intensidad de la crítica estructural al capitalismo, sino comprender que las contradicciones secundarias no deben impedir las acciones comunes. Aquí no somos todos católicos, o peronistas, o marxistas, hay una confluencia de tradiciones con una conciencia en común: una sociedad que no consienta el acceso a la tierra, al techo y al trabajo produce desigualdad y entonces genera violencia. Por esto, es necesario una profunda transformación de las estructuras económicas y de poder. Cancelar las diferencias económicas no significa pero, erradicar las diferencias culturales, uniformar la identidad.

Alimentar figuras mesiánicas, pero, no lleva al paternalismo y al culto de la personalidad?

Es necesario encontrar un nuevo equilibrio dialéctico: porque por un lado los líderes son necesrios, por el otro hay el riesgo de delegar a ellos la responsabilidad. No es Francisco quien pide a la gente que se ponga la camiseta con su foto, pero a veces somo más papistas que el Papa, buscamos paternalismo. De él, en cambio, debemos aprender la capacidad de escuchar, de recibir los nuevos fenómenos como el de la economía popular: no significa aceptar la precariedad del trabajo y la marginalización, sino actuar desde aquel punto con los interéses particulares y las burocracias que ya no defienden más los intereses generales de todos los trabajadores. Se necesita ser creativos, actuando entre tradiciones e innovaciones. O inventamos o nos equivocamos, decía alguien….

Era Simón Rodriguez, el maestro de Bolívar, es la frase más pronunciada en Venezuela…..

 

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