Opinión / Carola Chávez

15.Ago.2018 / 04:05 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

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Por: Carola Chávez 

La gasolina ha sido, desde 1989, una especie de bomba tumba gobierno que estella si le todas el precio. Se supone que el pueblo venezolano permitiría cualquier cosa, menos que le suban la gasolina. Es por eso que hemos resistido en paz durante seis años esta cruel guerra económica que nos han impuesto los dueños del capital. Hemos resistido porque no nos han tocado el precio de la gasolina, y tal…

Durante estos veinte años de revolución, hemos visto tantas veces a los voceros opositores exigiendo que se aumente la gasolina, así, con cara de quien pone una trampa a ver si el conejo la pisa y cae. Argumentos para aumentarla: todos. El último de ellos, esgrimido, hasta hace apenas un par de semanas, era que había que ponerle el precio internacional para quitarle el enorme atractivo que convierte a nuestra gasolina en un lucrativo negocio de contrabando hacia Colombia. Y lo cómico es que ese es uno de los pocos argumentos válidos que ha dado la oposición en su larga historia de manipulaciones, mentiras y fracasos y ahora lo desdicen.

Hoy, fieles a sus modos, los dirigentes opositores levantan su bandera “¡No es no! Con mi gasolina regalada no te metas”, mientras rechazan el aumento y el subsidio que dará el Estado a todos los que lo soliciten, para que no sea la gente, sino los contrabandistas, que le causan al país pérdidas por más de 18 mil millones de dólares al año, quienes sufran el impacto de esta medida.

“No inscriban su vehículo en ese censo cubanizante”, fue la primera orden que dieron los dirigentes opositores a sus partidarios, que empiezo a creer que son masoquistas. Era otra vez el mismo cuento de siempre: que si inscribes dos carros, te van a quitar uno para suplir en déficit de transporte público; que si te inscribes, el gobierno te va a chantajear con la gasolina y si no votas por ellos te la van quitar. Que si te inscribes, te van a vender gasolina con gorgojos. Que si te inscribes, van a usar tu firma contra el decreto de Obama… Y que solo se la van a dar a los chavistas… ¡Ah no, eso era cuando el CLAP!

Lo mismo de siempre, la irresponsable dirigencia opositora desorientando, a punta de miedo y mentiras, a su gente; que dice no creer ya en ellos, pero de que vuelan vuelan… Y porque vuelan, se auto excluyen, mientras sus voceros denuncian, sin temor al ridículo, que el gobierno está cometiendo un “genocidio vehicular“ y un “apartheid energético”, a la vez que buscan pretenden encender la mecha (mojada) llamando a la gente a “convertir a las gasolineras en centros de batalla”, tal como lo hizo, con una irresponsabilidad delincuencial, el diputado Luis Stefanelli, de Voluntad Popular. Y después dirá “Yo no fui”…

Y es que no es solo la gasolina, son todas las medidas económicas que el gobierno ha anunciado y que los tienen vueltos locos, porque saben verdaderamente lo que significan: el principio del fin de esta cruel guerra económica que nos han impuesto. Temen que podremos superar esta crisis y ellos saben que, si con crisis son la nada, sin crisis serán polvo cósmico.

Como en una horrenda e impúdica confesión que leí en estos días sobre el peor de los temores del antichavismo,: “¿Qué pasaría si el plan económico de Maduro funciona? Hay medidas que son razonables y si esta cosa medio funciona, esta vaina será eterna. HAY QUE APURARSE”…

”Hay que apurarse”, pero no hubo drones cargados de explosivos para matar al Presidente y al alto gobierno. ”Hay que apurarse”, pero Julio Borges no fue, y Requesens tampoco… Fue Maduro y por su culpa fue. ”Hay que apurarse”, no vaya a ser que superemos la crisis y a nuestro país le vaya bien. Así son los que dicen ser “demócratas que luchan por un país mejor”.

Apúrense si quieren, que nosotros venceremos ¡Siempre!

 

 

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