¡Unidad, lucha, batalla y victoria!

¡Chávez vive, la lucha sigue!

Nosotros y Nosotras militantes del Equipo Pío Tamayo de la JPSUV Lara, consternados por la desaparición física del eterno Comandante Chávez, queremos expresar nuestras más profundas, sentidas y sinceras palabras de aliento en el marco de la situación política que vivimos como consecuencia de este desafortunado acontecimiento.

Agradecemos infinitamente, el compromiso y el desprendimiento de este gran hombre para con los pueblos del mundo explotados y oprimidos por el imperialismo. Las expresiones de solidaridad internacional dan muestra del amor y el reconocimiento con que la humanidad responde a ese liderazgo que reivindicó los valores más excelsos del ser humano, en medio de una crisis estructural del capitalismo. Hoy como nunca antes comprendemos que la dimensión de esta lucha trasciende las fronteras nacionales, entendiendo que “Patria es humanidad”.

El carácter universal del pensamiento, acción, vida y obra Hugo Chávez está relacionado con lo antes descrito. Su claridad política derivó del carácter histórico de la lucha de clases que supo asumir y encauzar con un carácter profundamente popular y antiimperialista, producto de su apego con los valores de la identidad nacional, consustanciado con el ejemplo histórico de nuestro Libertador y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes, las y los precursores y forjadores de una Patria libre y soberana.

Chávez condujo las aspiraciones y las necesidades de un pueblo, que desde la rebelión popular de 1989 desafió el poder imperial más atroz que enfrenta la humanidad. Timoneó magistralmente, con audacia e inteligencia, en el terreno y las reglas de la democracia burguesa, para subvertir el orden establecido a partir de un proceso constituyente que parió el Proyecto Bolivariano y reivindica la soberanía del pueblo, en función de hacernos protagonistas de nuestro propio destino. Convirtiendo al mestizo de Sabaneta en un infiltrado en el Estado neocolonial del puntofijismo, asumiendo conscientemente la necesidad de transformarlo y trascenderlo, para brindarnos un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo y eminentemente moral, tal cual lo expresó nuestro Libertador.

De esta forma, la Revolución Bolivariana irrumpe en el escenario político mundial como alternativa al neoliberalismo que trajo más hambre, explotación y miseria a los pueblos del mundo. Nuestro líder, Convenció al mundo de la pertinencia del Socialismo y puso en práctica lo más avanzado de su doctrina, siempre entendiéndola en base a nuestras propias circunstancias y particularidades. Implementó una política soberana de defensa de nuestros recursos naturales, una lucha campal contra el latifundio y la asunción del compromiso de saldar la deuda histórica de las y los trabajadores, bajo la consigna “Si quieres acabar con la pobreza, dale el poder a los pobres”.

Conociendo la realidad del pueblo venezolano, supo defender los intereses generales de hombres y mujeres en condiciones de igualdad, conjugando voluntad política y capacidad de dirección con las más genuinas expresiones del sentimiento popular, para así ensamblar elementos de la política revolucionaria y resolver, con la movilización de masas, las más complejas contradicciones que han surgido de la lucha de clases en el seno del pueblo. Consustanció pensamiento, palabra y acción para enraizar en todos los sectores populares de la vida política la máxima leninista de: “Si se desea la dirección política, debe pensarse en función de las tareas políticas”.

Las y los revolucionarios debemos entender la carga histórica que pesa sobre nuestros hombros, y asumir las responsabilidades que nos corresponden en una Revolución inconclusa que debemos profundizar. Como pueblo debemos cerrar filas y apoyar decididamente al camarada Nicolás Maduro, y de cara a las elecciones debatir nuestra Plataforma Programática, pues de la unidad ideológica parte la tan necesaria unidad política del pueblo. El imperialismo usará sus operadores políticos y económicos-financieros para intentar socavar la gobernabilidad, pues entienden que el Comandante Chávez garantizaba la estabilidad nacional.

El carácter antiimperialista, profundamente popular y eminentemente democrático y socialista de la Revolución Bolivariana será irreversible en la medida en que el pueblo venezolano, como un todo, se mantenga unido en la lucha revolucionaria sin descanso, dando la batalla ideológica y llevándola a la práctica como tarea central de esta coyuntura, en la cual necesario es vencer. Las fuerzas imperiales querrán usar al pueblo chavista para restaurar el dominio socialdemócrata y burgués, propiciando la agudización de las contradicciones no antagónicas en el seno del pueblo.

No podemos echar por la borda el legado del Comandante, que siempre demostró que la firme voluntad de querer hacer una cosa es el único camino de lograrlo. Nos llamó a tener conciencia de pueblo para no sucumbir ante los vicios y perversiones del capitalismo. No nos traicionó. No se vendió. Jamás mintió. En los momentos más duros, la conciencia debe prevalecer, pues es el pueblo quien abrió las puertas de la Revolución y quien ha dirigido sus destinos en todo momento.

Chávez nos dejó una herencia, concretar la construcción del Socialismo y la unidad latinoamericana. Combatamos el espíritu pequeñoburgués para dar al traste con el capitalismo y el imperialismo. En nuestra Carta Magna, el Programa de la Patria, el Libro Rojo, las leyes del Poder Popular, los discursos, alocuciones y demás documentos legados por el Comandante, reside la Plataforma Programática para la victoria definitiva. Nuestra vida y nuestra consciencia deben ser la expresión inquebrantable de nuestro deseo de ser libre, en una sociedad socialista, cuya manifestación es la organización comunal del Pueblo en Estado, bajo la máxima aspiración de nuestro Comandante: “Comuna o nada”.

¡Seamos como Chávez!

¡A construir el Socialismo con la ciencia, el arte y la belleza!

¡Chávez para siempre. Maduro Presidente!