Freddy J. Melo

  • Chávez, inmortal

    El 28 de julio de 1954, hace ahora seis décadas, nació, y tras una existencia física de 58 años, 7 meses y 5 días entró en la inmortalidad, el barinés Hugo Chávez Frías, quien sacudió revolucionariamente a Venezuela y echó a andar de nuevo por los caminos de América y el mundo el pensamiento y la espada de Bolívar; el vencedor que sigue ganando batallas porque la muerte no puede abatirlo. Como pequeño homenaje a su obra y su lucha, me permito recordar y condensar aquí algunas de las modestas letras que he escrito en relación con su liderazgo.

  • Unidad y crítica

    La situación actual del país evidencia de nuevo el carácter vital de la unidad popular y civil-militar para la marcha de la Revolución Bolivariana, para consolidar los logros sociales y políticos, defenderse de los enemigos transnacionales y nacionales y avanzar en el curso de las tareas nacional-liberadoras y el rumbo al socialismo.

  • Máquinas de guerra

    Frente a la ofensiva del enemigo no puede haber cabida para tremendismos, y proporcionarle armas es inaceptable.

  • Convicto

    El imperialismo, identificado con exactitud como etapa superior del capitalismo, ha traspasado los linderos de su marcha expansiva y entrado en los predios de la inferioridad histórica. Superconcentrado en un solo poder hegemónico, ya no le queda sino la fuerza bruta, no puede moverse sin destruir y asolar, sus dólares crecientemente inorgánicos y sus inquietantes banderas son compañeros inseparables del latrocinio, el dolor y la muerte. Cesó el tiempo de las coartadas que se denominaban democracia, libertad, derechos humanos, civilización o progreso, y apenas si quedan aquí y allá personas rezagadas que deliran por el famoso “american way of life”, ese señuelo o tierra de promisión carente de humanidad profunda y por tanto de vocación y capacidad para ser referente universal.