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Esto sucede en el mundo. Cualquier parecido con la MUD en Venezuela, es mucha coincidencia.
En el Reino Unido hay posiciones encontradas entre el parlamento británico (que representa al Poder Legislativo) y la Primer Ministro Teresa May, quien representa al gobierno británico (Poder Ejecutivo).
Estos desencuentros giran en torno a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (conocido como Brexit), más allá de que hay enormes intereses por quienes se sienten afectados.
El Parlamento británico es de la posición que no está de acuerdo con la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
La actual primer ministro, es de la idea que debe cumplirse el mandato popular aprobado en referéndum en junio pasado.
En esta situación, ciudadanos de este país han acudido al Tribunal Supremo Británico para solicitar dirimir sobre el asunto, sobre lo cual decidió en noviembre pasado, que el parlamento debe autorizar a la Primer Ministro para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que da inicio a la salida del Reino Unido de la UE, que debe concretarse en un lapso de dos años.
Cualquier parecido con la realidad venezolana es pura coincidencia. El Poder Judicial en el uso de sus facultades da instrucciones al Poder Legislativo. Si no lo cumple entra en desacato.
Otro caso, en plena Europa y específicamente en Alemania, hay un entramado entre el parlamento y Ángela Merkel, la canciller alemana, por la nueva ley que controla el servicio de información y espionaje hacia el exterior, la cual surgió luego de la fuga de información de Edward Snowden, en la que se devela la colaboración entre los gobiernos de Ángela Merkel y Barack Obama.
A tal efecto, el Parlamento aprobó la nueva ley de espionaje y la reorganización de la Agencia de Inteligencia Alemana, sin consultarle a la jefa de gobierno, todo esto muy parecido al proceder de la Asamblea Nacional en Venezuela, dirigida por los adecos burgueses, que quieren hacer y deshacer.
Ante esta situación en Alemania, el Bundesverfassungsgericht, Tribunal Constitucional Federal Alemán (Lo que para nosotros sería el Tribunal Supremo de Justicia), está conociendo de la legalidad de la norma a petición del Gobierno Federal.
Un último detalle, en Gran Bretaña y en Alemania no hay mesa de diálogo, funciona la Constitución de cada estado y el Tribunal Supremo cumple sus atribuciones. En otras palabras, el Tribunal Supremo no está vendido ni es un apéndice del gobierno, cumple con sus funciones, algo similar a Venezuela, pero con el aliciente de que allá no tienen una oposición apátrida, desesperada, llorona, cantinflera, parásita, floja, mayamera, farandulera, mentirosa, entre otras “cualidades”.
Con el Mazo Dando