Opinión / Noticias / Eduardo Piñate
Por Eduardo Piñate R.
Políticamente hablando, el comienzo de este año nos indica el estado de las fuerzas sociales y políticas que nos enfrentamos hoy en Venezuela. El aquelarre de la oposición en la Asamblea Nacional en desacato el 5 de enero y días subsiguientes, evidencia el nivel de las contradicciones y las divisiones, profundizadas durante el año 2019 por la conducción de Juan Guaidó y el llamado G4 (Primero Justicia, Voluntad Popular, AD y UNT), caracterizada por el robo descarado de los activos del pueblo venezolano, la corrupción extrema y el entreguismo a los intereses imperialistas, con una fenomenal incapacidad política. Es la política insurreccional reiniciada en enero de 2016 por esa Asamblea Nacional bajo la presidencia de Ramos Allup (continuada por Borges y Barboza) y llevada al extremo por Guaidó, la que ha fracasado. El resultado de esa política es la destrucción de la AN y la casi desaparición de la oposición. Eso sí, con Guaidó y su grupo millonarios con los dineros del pueblo venezolano.
Las fuerzas chavistas, dirigidas por nuestro presidente Nicolás Maduro, cerramos el 2019 y abrimos el 2020 con la iniciativa política en nuestras manos y desatando la ofensiva en todos los terrenos. El año pasado garantizamos la paz y la estabilidad política del país con la unidad y movilización de nuestro pueblo, desbaratando todos los intentos de perturbarlas que dirigieron los yanquis y sus aliados contra nosotros. Pasamos el mejor diciembre de los últimos años en todos los sentidos.
Al contrario de la contrarrevolución, las fuerzas revolucionarias –políticas y sociales- somos hoy más fuertes, nuestra unidad se ha fortalecido, se consolida la unión cívico militar, nuestra democracia se fortalece y se profundiza la política social de la Revolución Bolivariana. Apenas ayer dimos una contundente demostración de nuestra fortaleza material y moral en el encuentro de la Red de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS) con el presidente Maduro. Nos aprestamos a ganar contundentemente las elecciones de la Asamblea Nacional que se realizarán este año.
Tenemos expectativas favorables en el plano de la economía. Para nosotros, es el desafío principal y ello implica levantar la producción. Para vencer este desafío la clase obrera –dotada del Modelo de Gestión Empresarial Socialista y organizada en los CPT principalmente- junto a la economía comunal deben colocarse en la vanguardia de este combate. Seguimos venciendo.
Caracas, 11 de enero de 2020