Noticias / Internacionales
La Unión Europea (UE) ha decidido adoptar nuevas medidas coercitivas unilaterales contra 19 altos funcionarios de Venezuela. A pesar del fracaso de las sanciones anteriores, la UE sigue agrediendo al Poder Electoral, al Poder Judicial, al Poder Legislativo, a las Fuerzas Armadas y a las fuerzas policiales.
Lo hizo, desconociendo el informe preliminar del 11 de febrero de 2021, de la Relatora especial de las Naciones-Unidas, Alena Douhan, que condena con contundencia las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela y que pide levantarlas.
Como era de esperar, el gobierno venezolano ha decidido expulsar a la embajadora de la UE en Caracas y la UE acaba de hacer lo mismo con la embajadora de Venezuela en la UE, radicada en Bruselas.
Se confirma así el indignante doble rasero de la UE: ninguna medida se ha tomado contra el ex-presidente Uribe y los altos oficiales de Colombia, responsables del asesinato de más de 6000 civiles inocentes e indefensos, para mostrar falsos partes de guerra exitosos, como lo acaba de establecer la “Justicia Especial para la Paz”. Y ninguna medida contra el Príncipe saudí Moḥammad bin Salmān, responsable de descuartizar vivo al periodista Jamal Khashoggi. Los ejemplos sobran.
Con estas nuevas sanciones, la Unión europea sigue privándose de relaciones diplomáticas con un importante país, donde viven miles de ciudadanos europeos y donde otros tantos viajan a menudo para negocios, turismo o intercambios culturales.
La UE sigue miméticamente las nefastas políticas estadounidenses de injerencia en los asuntos internos de Venezuela. ¿Cómo olvidarse del reconocimiento europeo de un falso Presidente autoproclamado? ¿Cómo olvidarse de su actitud de piratas con el robo de los activos venezolanos en el exterior, cuando el país está haciendo esfuerzos importantes para proteger a su población (incluidos los europeos) contra los estragos del COVID?
Ya basta de ofender, agredir, y sancionar. Es hora de que la UE cambie radicalmente su política hacia Venezuela, promoviendo el diálogo, respetando su soberanía, su derecho a la autodeterminación y al uso de sus riquezas para el bienestar de su población y no para el beneficio de las empresas transnacionales, incluidas las de la UE.
¡Basta ya de bloqueos y sanciones contra Venezuela!
Grupo de Trabajo del Partido de la Izquierda Europea (PIE) sobre América Latina y el Caribe