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28.Feb.2018 / 02:55 pm / Haga un comentario

Trump

La ventaja política que, una vez caída la Unión Soviética y anunciado el fin de la Guerra Fría, le diera rienda suelta a los Estados Unidos para avanzar en los planes de consolidar la doctrina neoliberal en todos los territorios, prescindiendo de la soberanía de las naciones y garantizando los elementos necesarios para sostener el aparato de producción capitalista, fue revirtiéndose con las posiciones tomadas en cuanto a seguridad interna y externa en todo el mundo.

Hoy, la nación que disfrutó del dominio mundial indiscutible, evalúa el nuevo escenario mundial donde tiene que reconocer y medirse en esta nueva configuración multipolar con las potencias en ascenso de China y Rusia.

Estos dos países son equiparables militar y tecnológicamente (en caso de China también en lo económico) con Estados Unidos y, en alianza, superan con creces al último. Esto, sin embargo, no habría ocurrido con tanta diligencia de no sentirse amenazados por las políticas intervencionistas del gobierno norteamericano.

Ampliar la presencia militar en los países balcánicos y del Medio Oriente, fundamentales para la expansión de intereses transnacionales (para neutralizar la influencia de la extinta Unión Soviética y controlar fuentes de energía) traería los primeros resultados no deseados en el fortalecimiento de la posición internacional de Rusia.

En el caso de los Balcanes, el apoyo a las revoluciones de colores, el bombardeo por la OTAN a Yugoslavia, el golpe de Estado en Ucrania, las últimas preparaciones desde Kiev para atacar (con ayuda de la OTAN y EEUU) al Donbass (frontera con Rusia) y el caos que trajo consigo a la región (ignorado en el mundo occidental pero ensordecedor en la población rusa), produjeron un fuerte sentido patriótico en los rusos para defender su territorio y para comprender lo que vendría.

Lo que para cualquier mínimo de aplicación de la lógica explicaría el perfeccionamiento de equipo militar y la respuesta de defensa por parte de Rusia, para EEUU, en su angustia irracional por debilitar al país euroasiático, es digno de sanciones económicas: el bloqueo financiero también contribuye a las políticas de sustitución de impotaciones de Rusia, la creciente autosuficiencia en materia energética, tecnológica y de agricultura. Además intensifica las razones para cooperar y estrechar los lazos con otras regiones excluidas por la dictadura del capital: de nuevo China en el cuadro.

La escalada de violencia en Medio Oriente es otro caso que generó resultados catastróficos para las élites norteamericanas y sus aliados de la OTAN. Los hechos indican que habrá una próxima escalada de EEUU e Israel en Líbano y Siria para llegar a Irán y Rusia. Las decisiones tomadas por esta alianza, precedidas por otras operaciones de «cambio de régimen» (Irak y Libia) que ignoran la autoridad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas donde China y Rusia son miembros permanentes, deterioran la influencia en la región. Las naciones se acercan y mejoran sus relaciones con potencias que resuelven los conflictos por vías no violentas (caso Rusia y la victoria diplomática para lograr la paz en Siria) y los que invierten y no emplean la violencia económica en sus territorios (caso China y su proyecto para activar las Nuevas Rutas de la Seda).

EEUU también se ocupa de militarizar la zona fronteriza de China: en la península coreana tiene 28 mil 500 soldados desplegados junto con equipo militar aéreo, naval y terrestre, azuzando un conflicto entre las dos Coreas que podría provocar un enfrentamiento nuclear y que arrastraría al gigante asiático. Además la intromisión en el mar del sur de China y el apoyo al rearme japonés demuestra nuevamente que los avances en materia militar y de defensa de China responden a la percepción de amenaza que genera Occidente.

Financiar estas obligaciones de seguridad a través de los años ha costado cientos de miles de millones de dólares. Nada más la última propuesta de presupuesto, presentada por la administración Trump para el año fiscal de 2019, es de 716 mil millones. Que esta inversión haya servido para costear las políticas contra países que han logrado las condiciones para que estos se vuelvan más grandes en perjuicio de las propias, es a lo menos un precio muy alto.

Esta misma ruta se puede identificar claramente en nuestro territorio. Venezuela ha recibido durante los últimos cinco años una intensificación en el asedio político y económico que ha causado las réplicas oportunas: el llamado a la violencia interna para producir el caos tuvo su resolución con el llamado al poder originario y la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, los intentos por fracturar las instituciones vitales para el Estado derivó en la intensificación de la lucha contra la corrupción, las sumadas sanciones financieras internacionales para reducir las maniobras en el área económica favorecieron a la decisión del Gobierno de desarrollar el Petro, siendo el primer Estado en validar las tecnologías de BlockChain como moneda digital y sirviendo de referente para otras naciones.

Estos son, por nombrar algunos, los frutos recogidos en la nación venezolana y en el plano global, de las acciones irracionales de EEUU por resistirse a asistir a lo inevitable como imperio: su propia sepultura.

Rebeca M. Westphal

Misión Verdad

 

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