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Según varios informes, el presidente de EE.UU., que enfrenta críticas por su gestión de la pandemia, ahora está evaluando destituir al secretario de Salud.
Varios medios estadounidenses, incluida la cadena de noticias CNN, han informado este domingo que el Gobierno de EE.UU., presidido por Donald Trump, pretende reemplazar al secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, por su gestión de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Entre los nombres que figuran en la lista para sustituir a Azar se encuentra el de la coordinadora del coronavirus de la Casa Blanca, Deborah Birx; el de la jefa de Medicare, Seema Verma, y el del subsecretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Eric Hargan.
Al respecto, una trabajadora del Departamento estadounidense de Salud y Servicios Humanos ha declarado que el secretario no presta atención a los rumores que apuntan a su destitución.
Estos hechos tienen lugar mientras el presidente norteamericano, que en los últimos meses ha sido blanco de recriminaciones por su mala gestión de la pandemia, otra vez enfrentó la semana pasada una ola de críticas por su extraña sugerencia de inyectar desinfectantes en los cuerpos de las personas que hayan contraído la COVID-19 para evitar la propagación de la enfermedad.
Aunque el propio Trump dijo que estaba bromeando al realizar tal declaración, muchos funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos describieron de inmediato su propuesta como “peligrosa”, aunque, no obstante, se supo que varios neoyorquinos acudieron a los hospitales para ingerir tales sustancias.
Además, el inquilino de la Casa Blanca aseveró que sus ruedas informativas con la prensa “no valen la pena ni el tiempo ni el esfuerzo”, después de tener que hacer frente a las críticas por la mencionada propuesta.
Anteriormente, Trump había dicho que la hidroxicloroquina, un principio activo que se emplea para tratar la malaria, el lupus y la artritis reumatoide, constituye una “tremenda promesa” para contrarrestar el coronavirus. Sin embargo, tal idea fue censurada por el doctor Rick Bright, quien fuera el responsable de ayudar a encontrar una vacuna para el coronavirus y que fue destituido, según él, por desafiar los planteamientos sin sentido del presidente sobre la hidroxicloroquina.
La Administración de Salud de Veteranos de EE.UU. encontró que los pacientes de COVID-19 que tomaron el medicamento “revolucionario” de Trump tenían más probabilidades de morir que los que no lo hicieron. En el estudio, el 27,8 % de los que usaron hidroxicloroquina fallecieron en comparación con el 11,4 % que no usó esta sustancia.
Hispantv