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5.Sep.2022 / 10:03 am / Haga un comentario

Foto: Referencial

Esta columna comencé a escribirla días antes del atentado en contra de la Vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner. Su versión original comenzaba así: En la República Argentina está en desarrollo un fenómeno político bastante interesante al que los gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe deberían prestarle la suficiente atención.

Esa introducción cuyo propósito era, primero describir el acelerado enrarecimiento del clima político, social y económico del país austral. Luego quería alertar sobre los graves riesgos que representan para los sectores populares y los movimientos progresistas e incluso para la estabilidad regional, el hecho de que la extrema derecha tenga el control de la justicia, de los medios de comunicación, de la policía y las fuerzas armadas.

Y el intento de asesinato en Buenos Aires lo resume todo. Parece guión de película. Andrés Sabag Montiel (padre brasileño, madre argentina), fanático de Jair Bolsonaro, tatuado con signos nazis, seguidor de portales con nombres tan curiosos como “Comunismo Satánico”, “Catálogo Paranormal”, “Caballeros Templarios de Cataluña” y “Coach Antipsicóitico” intenta matar a la Vicepresidenta de su país.

Un par de semanas antes el diputado de Acción Republicana, Francisco Sánchez, pidió la pena de muerte de Fernández, en medio del juicio que se le sigue a ésta por supuestos actos de corrupción, proceso que está en manos de un juez que juega al futbol con el expresidente Mauricio Macri. Sánchez también partidario de Bolsonaro y del fácil de acceso a las armas por parte de “los ciudadanos decentes”.

Volvamos a Sabag. No es un tipo cualquiera. “Casualmente” el canal de oposición Crónica TV lo “entrevistó en la calle” un par de veces para que opinara sobre lo perjudicial de mantener planes sociales para los más vulnerables y sobre los cambios ministeriales del gabinete ejecutivo.

Está claro que a Cristina se le quiere dar el mismo trato que se le aplicó hace unos años al hoy candidato con más probabilidades de llegar a la presidencia de Brasil: Luiz Inácio (Lula) da Silva. Y tampoco hay dudas de que el sistema judicial argentino está copado por la derecha macrista. También se dice que muchos jueces son descendientes directos de exmilitares de la dictadura.

Por eso sus decisiones son las que se le acomodan a la oligarquía y de poderes extranjeros. Eso explica -además de la blandura del Presidente, Alberto Fernández- que la dirigente social, Milagro Sala, siga presa y que, sin ninguna justificación, se retenga un avión de carga venezolano para complacer los mandatos de Washington.

Alfredo Carquez Saavedra

alfredo.carquez@gmail.com

Caracas

 

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