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5.Jun.2017 / 11:34 am / Haga un comentario

En una nota de Bloomberg sobre el flujo de dinero e insumos que llegan hasta las manos de la vanguardia violenta en Venezuela, se expresa claramente el apoyo y financiamiento de grupos radicados en Estados Unidos a las guarimbas y los focalizados actos terroristas.

Foto: Misión Verdad

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De hecho, el corresponsal que firma el artículo, Andrew Rosati, acepta que el dinero que se envía desde EEUU «es crucial para los protestantes de Venezuela

El Gobierno Bolivariano ha incautado en aduana los materiales que sirven a las guarimbas. La lista es larga: antiácidos, empaques de balines, bombas, globos para llenado de agua, camillas de lona, cascos, chalecos, colirios, equipo antimotín (casco, escudo, chaleco protector, rolo, guarniciones de brazos y piernas), filtros para máscaras antigases, gomeras resorteras, kits de primeros auxilios, lentes de seguridad, máscaras y mascarillas antigás, material para hidratar, megáfonos, empaques de metras, guantes, pasamontañas, pelotas de golf, pelotas de paintball, plomo para cordel de pesca, radio trasmisores y resorteras.

Sin embargo, todos aquellos insumos siguen arribando a suelo venezolano por vía de contrabando, agencias de envío, escondidos en grandes maletas o cargados en vuelos charter. Así lo manifiesta el corresponsal de Bloomberg, quien cita a José Colina, conocido terrorista venezolano exiliado en Miami y presidente de la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex).

Esta organización fue la misma que condecoró con la Orden Rómulo Betancourt a Luis Almagro en abril pasado. Como dijimos en aquella oportunidad, «Veppex y otras organizaciones han servido como plataforma para que el lobby antivenezolano (capitaneado por Ileana Ros-Lehtinen y Marco Rubio, principalmente) exijan un endurecimiento de la postura de la Casa Blanca con respecto a Venezuela, mediante sanciones y persecuciones judiciales».

Por otro lado, es el mismo Colina quien admite que el suministro de recursos a la vanguardia violenta antichavista «es completamente una operación clandestina». De esto sabe mucho, ya que Colina participó en el golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo Chávez, formó parte de los atentados terroristas ocurridos en Caracas el 25 de febrero del año 2003, específicamente contra la embajada de España y el consulado de Colombia y se regodea actualmente con los grupos en EEUU que promueven una intervención y tutelaje sobre Venezuela.

Colina también se encuentra vinculado en la colocación de artefactos explosivos en la torre Caracas Teleport (actual sede del Consejo Nacional Electoral), el 12 de abril del año 2003, lugar donde tenía lugar una Mesa de Diálogo entre la oposición venezolana y el Gobierno nacional bajo el auspicio de la OEA. En la actualidad Colina cuenta con protección del Departamento de Estado de EEUU, que en el año 2006 negó su extradición a solicitud de autoridades venezolanas.

Otras fuentes son usadas para el envío de estos insumos. A través de campañas como la liderada por Julio Coco, #RegalaUnaMáscara -también citado en el artículo de Rosati-, asimismo con la ayuda del crowdfunding como ya lo ha reseñado este portal. Mecanismo utilizado como coartada para dar apoyo logístico la violencia en Venezuela, filtrando recursos por vías no regulares que en apariencia no están vinculadas a instancias políticas del Departamento de Estado (la USAID y la NED), financistas históricas del golpe de Estado contra el presidente Chávez en 2002 y el plan «La Salida» en 2014 en Venezuela.

De esta manera, los focos de violencia, cada vez más agudos, tienen de dónde nutrirse. Las vías alternativas, e incluso ilegales, para contribuir desde Estados Unidos al «golpe de color» en curso no pararán, según Colina y Samuel Olarte, dirigente de Voluntad Popular citado por Rosati, quien dice que «este tipo de apoyo seguirá llegando mientras las protestas continúen». En tal sentido, los grupos vandálicos de la oposición venezolana no nacieron de forma espontánea, sino a partir de recursos logísticos y apoyos financieros desde el extranjero para ampliar sus operaciones y capacidad destructiva, a mode de ir armando un ejército irregular.

Mientras arriben estos insumos, las manifestaciones violentas del antichavismo seguirán activas, teniendo una fuente de dónde beber. Por ello el ahínco del Gobierno por cortar de raíz estos factores del financiamiento guarimbero, prohibiendo el ingreso al país de estos insumos e implementos para la violencia.

Que José Colina esté detrás de estos envíos ya dice bastante sobre la orientación de las protestas de la oposición venezolana, sus fines y objetivos.

Misión Verdad

 

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