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30.Nov.2015 / 10:20 am / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

1. El hecho. El pasado sábado 28 de noviembre, el Gobierno Bolivariano convocó a una jornada nacional de mercados comunales. Paralelo a la comunicación oficial, y por vías «extraoficiales» y no convencionales, se corrió una ola de rumores con alcance nacional que convocaba a «megamercales» citados en lugares distintos a los que se convocaron oficialmente. Existe una diferencia esencial en el funcionamiento de ambos operativos: los mercados comunales -actual sistema que emplean las instituciones de alimentación y distribución del Estado- enfocándose directamente en las comunidades y descentralizando la distribución. Los megamercales son precisamente lo contrario. Los primeros se dan directamente en la comunidad, los últimos solían desplegarse en locaciones que permitieran alta concentración de asistentes (como plazas y avenidas principales).

Vía PIN, mensajes de texto, mensajes WhatsApp, intoxicación informativa en redes sociales, a lo que sin duda se le deberá sumar operadores locales empleando el boca a boca directamente sobre el terreno, la confusión surtió efecto, a pesar de que esa clase de jornadas (los megamercales) dejaron de hacerse varios meses atrás. Tácticas desinformativas se han empleado en varios canales y varios niveles del discurso público para redondear el mensaje por distintos medios. Esto ha permitido que en momentos de espera, confusión, desinformación, agitación (deliberada), y malestar acumulado, funcionen como una conjunción de factores al momento de la gente congregada enterarse que fueron «suspendidos». Lo que a su vez permitió que inmediatamente después de la conflictividad, la noticia se cartelizara por todos los medios digitales, confirmándola como centro privilegiado de la guerra informativa.

Como se verá más adelante en este análisis, La Patilla concentró y centralizó el «esfuerzo informativo».

2. El mapeo del efecto. Conatos de guarimba, uno que otro caucho quemado, contención policial y ningún caso que a esta hora (12:00) reporten que continúen, establecen una cartografía expresiva. Tales sitios fueron:

  • En Caracas en la avenida Baralt, en la Bolívar, en la Sucre y en Ruperto Lugo (Catia);
  • en la Avenida Bolívar de Charallave (Valles del Tuy, Miranda);
  • en la Avenida Intercomunal, en el Tramo Valle Verde, en Guarenas (Miranda);
  • en la Avenida Intercomunal de Macuto (Vargas);
  • la Avenida Aranzazu de Valencia (Carabobo);
  • y en el Parque Ferial de la Avenida Independencia en Coro.
  • La Patilla agregó Los Teques como otro de los lugares, pero ningún otro medio pretendió registrarlo como uno de los «embarques del gobierno».

Todos estos puntos convocados tienen los comunes denominadores siguientes:

  • Todos están ubicados en zonas populares (o altamente conocidos, en su defecto, como el Parque Ferial en Coro).
  • Todos los lugares donde se lanzaron «convocatorias fallidas» son archirreconocidos como focos donde el chavismo (sean instituciones del Estado, sea el Psuv) realizan operativos, megajornadas, y con anterioridad, «megamercales».
  • El principio de «verosimilitud» que permite que se propague la desinformación tomó como reflejo los hábitos del chavismo en lo local.
  • Triple propósito: 1) desazón, desencanto y «movilización» de la abstención/voto castigo; 2) factores que acumulen el «colapso»; y 3) la promoción de la «crisis humanitaria» a nivel internacional.
  • En algunos de estos lugares ya se han presenciado «ensayos generales» de focos de conflicto, como Guarenas, y a la vez se reproduce el mismo mecanismo de falsificación que se presenció con los «saqueos» de agosto en San Félix, en el estado Bolívar.
  • El sustrato chavista es el objeto central del laboratorio: táctica de tensión para una «implosión» que posiblemente cobre otras formas en el transcurso de esta semana antes de las elecciones.

3. Semántica del caos: mercados comunales vs. megamercal. Además de los actos de desinformación abierta y la réplica cartelizada por parte de los medios digitales (La Patilla, la versión web de El Nacional y 2001, Efecto Cocuyo, Summarium y El Estímulo) la operación también se valió de otro recurso de manual en el campo de la guerra de la información (y cuando decimos de manual queremos decir probado y ejecutado por el Estado Mayor Conjunto del ejército norteamericano): el «deslizamiento semántico»: valerse de palabras cercanas y verosímiles que conduzcan al campo de la confusión y la desinformación (la sustitución de mercados comunales por «megamercales»).

Sobre el piso de elementos constantes a lo largo de 2015, como la promoción de la incertidumbre por todos los medios (privados de comunicación), la tensión acumulada a partir de los efectos de la guerra económica, la constante gubernamental de realizar operativos de distribución de alimento todos los sábados a nivel nacional, una maquinaria 2.0 y operadores en la calle a la espera de la señal y el aprovechamiento de una brecha en la comunicación oficial por dónde colar los elementos desinformativos que propicien el intento de escenario violento y extensión del mismo a nivel nacional.

Que, por lo demás, y fuera de los balances que pudieran hacer los laboratorios, fracasó en su objetivo principal.

4. Quién dice qué. De lo que ha podido rastrear esta tribuna, más allá de lo que se sugiere como preparado (y no precisamente por activistas de la MUD), @2RADI0 fue la principal cuenta tuíter (anónima y muy activa) que operó como epicentro de la «difusión», empleada por los medios arriba mencionados en varias oportunidades como «fuente» para «información» de corte pornopolítico y pornoperiodístico.

Es de notar también (como se reseñó más arriba) que además de esa cuenta «originaria» la centralización de toda la información se reflejó en las cuentas de La Patilla y en la personal de Alberto Federico Ravell con siete notas en menos de dos horas que, por sus titulares, ya cantaletean lo suficiente: «‘Misteriosa’ suspensión de los Mega Mercales genera protestas: Gobierno prometió 5 mil… ¿y la comida?», «El madrugonazo nos (sic) les sirvió de nada… Los Teques no se salvó del engaño del Mega Mercal #28Nov», «En Guarenas también suspendieron Mega Mercal este #28Nov», «¡También se los vacilaron! Suspenden Mega Mercal en Coro #28Nov», «En Charallave también los engañaron… Trancan calle porque gobierno no les cumplió con Mega Mercal #28Nov», «¡Los engañaron otra vez! Maduro prometió un Mega Mercal a la gente de Vargas y no cumplió #28Nov».

Ante el descalabro frente a los resultados tan deseados, luego le tocó al medio de Ravell matizar y darle acrobáticamente la vuelta a la «noticia»: «¿Escasa oferta? Suspendieron sin avisar los Mega Mercal para diseminarlos como mercados comunales». Mientras que por otro lado, según «informa» una «fuente anónima del ministerio de alimentación» a La Patilla, titulan: «Fuente: Osorio realizaría Mega Mercal en La Vega… no hay papa para el resto». Hay que subrayar el tratamiento del tipo «los engañaron» refiriéndose a la población que cayó en la madeja desinformativa, con el desprecio estructural puesto, una vez más, en evidencia.

Por otro lado, llama más la atención quiénes dentro de la vocería de la MUD o la ultra sencillamente NO replicaron la noticia o, como Capriles, lo hicieron de forma guabinosamente tangencial: ni Ramos Allup, ni Freddy Guevara, por ejemplo. Mientras que Chúo:

y María Machado

Con sus respectivos y folclóricos efectos aguas abajo. La cuenta tuíter de Bandera Roja llegó a hablar de «5 mil megamercales», por ejemplo. Los vaporones alborotadizos de Ravell destacan algo más: cómo, a pesar de que los operadores profesionales les allanan el terreno, en su propio idiotismo se van de bruces precipitándose eufóricamente a «producir notas» un sábado en tiempo récord. ¿Qué hace que ciertos operadores administren su silencio cuando la costumbre es verlos gritando con la total ausencia de pruebas?

5. Propaganda negra, rumor, bandera falsa. Los operadores de este último globo de ensayo también se valieron de otros tres elementos de manual en el marco de la guerra: 1) propaganda negra (convocatorias «oficiales» al «megamercal»; 2) una extensa red de rumorología; y 3) la muy posible no ejecución de un hecho estremecedor (pistoleros dentro de los focos de conflicto, por ejemplo) que consolide una operación de bandera falsa que se oriente a la intensificación del conflicto, pero que a falta de prosperar fue abortado.

Al cierre

A una semana y un día de la cita electoral, la mecánica de la desestabilización prueba y tantea en todos los frentes, busca medir respuestas y le bajará la línea de acción a la (por méritos propios) inutilizada dirigencia política opositora de acuerdo al rango de eficacia. Esta semana seremos testigos de aún más acciones de esta naturaleza.

También, probablemente, de su fracaso: continúan partiendo de las mismas premisas para repetir los mismos fracasos de siempre, sólo que con una logística mejor llevada, y con operadores directos sobre el terreno.

Misión Verdad

 

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