Opinión / Noticias / Roberto Malaver

25.Nov.2019 / 10:02 am / Haga un comentario

Los miembros caídos de la oposición, una vez que escucharon la conversación entre la Canciller colombiana, Claudia Blum, y el embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, están pensando seriamente en pedirle a Guaidó que se vaya.

La tarde del sábado caraqueño estaba cargada de nubes y algunas lloviznas que caían levemente en el patio de la quinta La Pipa de Guatire. El dueño de la casa, Henry Ramos Allup, estaba en el Salón Rómulo Betancourt preparando el aparato de sonido y el televisor pantalla gigante que coronaba la sala. El hombre estaba inquieto, y, como un motorcito, cuidaba cada detalle a la perfección.

-Esto tiene que oírse claramente –decía.

Había bajado de su computadora la conversación de la canciller colombiana, Claudia Blum, quien no tenía ni un mes en el cargo, y de Francisco Santos, el  embajador de Colombia en Estados Unidos. Este Santos había estado como miembro de la junta directiva del diario El Tiempo, y cuando Juan Manuel Santos llegó a la presidencia del país, decidió acompañar a su primo en el gobierno. Después siguió en el gobierno con Duque-Uribe

En eso comenzaron a llegar los invitados: Stalin González, Andrés Velásquez, Omar Barbosa, Edgar Zambrano, quien vino bajo protesta, porque sigue molesto con Ramos Allup puesto que no lo visitó en la cárcel, y otra gente que asistió como segundones de otros diputados. Todos fueron tomando asiento,  y cuando Ramos Allup vio que había cuórum, decidió tomar la palabra.

– Buenas tardes, compañeros. Bueno, compañeros a los que son adecos, a los que no lo son, buenas tardes nada más. Seguro que ya todos están enterados de la conversación en la catedral de Washington, y perdonen que parodie el título de la novela de Vargas Llosa, pero uno no puede evitar mostrar su cultura. En esa conversación se dicen cosas de las que nosotros ni siquiera estábamos enterados. Pero será mejor escucharla. Antes quiero decirles que los fracasos nos persiguen y nosotros nos dejamos alcanzar fácilmente. Fracaso en la marcha del sábado 16, aquello tiene que hacernos reflexionar. Y fracaso en la marcha estudiantil, el jueves 21, día del estudiante, donde de paso, salió un soldado ahí y le dio una clase a uno de nuestros estudiantes. Es decir, el fracaso se quedó a vivir con nosotros desde que Juan Guaidó se autoproclamó, y eso hay que decirlo.

– Eso es verdad –dijo Stalin González.

Ramos Allup apretó el botón del control remoto y aparecieron las imágenes de la canciller Blum y el embajador Santos, y comenzaron el diálogo. Mientras escuchaban la conversación, los miembros caídos de la oposición afirmaban o negaban o movían la cabeza indicando sorpresa y en fin, estaban asombrados ante tanta denuncia. Al final, Ramos Allup tomó el control, el remoto, por lo menos, y apagó el televisor.

– Resumen –dijo Ramos Allup-  Guaidó está apagado, no sirve. El Tiar no funciona. La ayuda humanitaria fue un fiasco. Hay que llevar eurodiputadas a la frontera con Venezuela para que la Unión Europea no se olvide de Venezuela. Y el Departamento de Estado de Trump, está desmantelado, solo Pompeo está haciendo algo ahí.

– Aquí lo mejor es prepararnos para las elecciones parlamentarias y listo –dijo Omar Barbosa.

-Sí, pero el 5 de enero tenemos que cambiar el presidente de la Asamblea—señaló Stalin González.

– Y la orden de Estados Unidos es que repita como Presidente –dijo Ramos Allup.

– Y si queda como Presidente otra vez, es una muestra de que estamos siendo dirigidos desde afuera –dijo Barbosa.

– Eso lo sabe todo el mundo desde hace años –dijo Ramos Allup.

– ¿Qué hacer? –preguntó uno de los segundones

Andrés Velásquez tomó la palabra y dijo:

-Por ahora, llamar a Críspula para que venga con los tequeños, porque creo que no hay nada

ROBERTO MALAVER

 

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