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23.Oct.2020 / 11:06 am / Haga un comentario

Fotos: Referencial

Patricia Arce, siendo alcaldesa de Vinto, Bolivia, fue víctima de crímenes de odio hace un año. Una turba ingresó al edificio de la alcaldía, sometió a Arce y la hizo caminar descalza, entre piedras y vidrios, por más de siete kilómetros. En el camino fue golpeada, rapada y le arrojaron pintura roja en todo su cuerpo. Así actúa la derecha fascista, que es igual en todas partes, aquí en Venezuela basta con que recordemos a Orlando Figuera, quien fue literalmente quemado vivo por parecer chavista durante las cientos de guarimbas que promovió la Asamblea Nacional en desacato.

Ante todo esto ¿Qué tiene que ver la historia de Patricia Arce con nuestra Asamblea Nacional? Simple: ambos hechos se produjeron durante el desarrollo de golpes de Estado y generaron violencia callejera por parte de la derecha fascista. Las dos insurrecciones tenían entre sus objetivos desmoralizar a la población que apoyaba al gobierno en ejercicio, Evo Morales en el caso de Bolivia, y Nicolás Maduro en Venezuela.

La humillación y el escarnio público es el sustrato tanto en el caso de Patricia Arce como en el de Orlando Figuera. En ambos se persigue agredir al símbolo. Cuando se quiere acabar con una idea lo primero que se hace es atacar los símbolos que la representan. En el caso de Orlando Figuera es el color su piel y su imagen de “pueblo”. Definitivamente Figuera no se parecía a Ramón Muchacho ni a Lilian Tintori. Orlando se parece a más al joven de Petare, Gramovén, al mototaxista de Artigas.

En cuanto a Patricia Arce, podemos ver que también se parece más al pueblo que Jeanine Añez, quien es descrita por una murga uruguaya como “La chenta que está en Bolivia y se cree rubia” (chenta es el equivalente a nuestra sifrina).

Vemos cómo se ataca a las personas que se parecen más al pueblo. El mensaje es claro, de fondo está la idea supremacista de que una raza es superior a otra.

Tanto en Bolivia como en Venezuela las etnias dominantes se han conformado en Clases Sociales al apropiarse de los medios de producción y se han convertido en burguesía.

El obrero negro o indio, que vende su fuerza de trabajo a la burguesía (y genera la riqueza), también se ha convertido en clase social y ha conformado el proletariado.

Por eso el color de la piel puede ser considerado un símbolo de estrato social, y recuerden, el símbolo puede ser escarmentado.

La derecha dirigiendo un poder público nacional

Como se ve, cualquier poder nacional en manos de la derecha fascista representa un verdadero peligro para el pueblo, porque va a utilizar ese poder nacional para atacar todo lo que no sea de su clase social, de su grupo étnico.

Recordemos que la Asamblea Nacional en manos de la derecha se propuso de manera psicótica acabar con otro poder nacional: El primer anuncio que hizo la Asamblea Nacional en el 2015 fue: “A Maduro le quedan 6 meses”.

En una acción suicida, que puede acabar con la integridad de Venezuela como nación, la oposición, desde el poder legislativo conmovió los cimientos de la vida republicana y se lanzó a destruir el país y sus instituciones.

Observen el siguiente hecho para que tengan un punto de comparación: Las últimas elecciones al congreso de Estados Unidos fueron el 6 de noviembre de 2018. Ustedes se imaginan que la presidente de la cámara de representantes, Nancy Pelosi, al iniciar su periodo legislativo hubiera dicho: “A Trump le quedan seis meses”. ¿Imaginan lo desastroso que hubiera sido para el EE.UU. una acción esquizofrénica como esa?

Los crímenes de odio son utilizados por la derecha fascista para perpetuarse en el poder, mismo que viene regentando desde la colonia. Por eso es tan importante rescatar la Asamblea Nacional para el beneficio de la vida republicana y por ende del pueblo venezolano.

La derecha fascista va a utilizar cualquier estructura de poder público nacional, alcaldía, o junta de condominio, para seguir atacando al pueblo, y va a usar todos los recursos a su alcance para este fin.

Recuerden que la tradición de la derecha es el escarmiento; por eso fue decapitado y desmembrado José feliz Ribas, su cabeza hervida en aceite y puesta en la entrada de Caracas para el terror, y el escarmiento, de todos. Lo mismo hicieron con Tupac Amarú que fue amarrado cada brazo y cada pierna a un caballo y que éstos al mismo tiempo tiraran en la dirección opuesta para desmembrarlo, luego fue decapitado y su cabeza exhibida.

En todos los casos el objetivo era escarmentar a la población.

Si la Derecha continua dirigiendo la Asamblea, va a continuar con su macabra política de escarmiento.

¿Necesitamos más razones para rescatar la Asamblea Nacional? Patricia Arce resultó electa Senadora en las pasadas elecciones en Bolivia y de esta manera fue reivindicada su posición como pueblo y conjurado su martirio… Nosotros tenemos una deuda con Orlando Figuera.

José Garcés

 

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